Banco Popular: Saracho transmitió al mercado un problema de capital sin mencionar el plan aprobado por el Consejo de Administración

12 de Enero de 2021
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Emilio Saracho se plantó ante los accionistas del Banco Popular el día 10 de abril de 2017 y provocó un terremoto de tales dimensiones que fue considerado por los peritos del Banco de España como uno de los momentos clave para entender la fuga de liquidez que fue la única causa de la resolución de la sexta entidad financiera del país y su posterior venta al Santander por un euro.

En el documento de presentación utilizado en esa Junta de Accionistas, al que Diario16 ha tenido acceso, se indica el texto que Emilio Saracho leyó en cada una de las diapositivas y sorprende cómo el entonces presidente de la entidad hablaba de un problema con la ratio de capital cuando, unas horas antes, el Consejo de Administración había aprobado un Plan de Capital que habría generado recursos suficientes para cumplir con lo requerido por los supervisores.

En concreto, Saracho afirmó lo siguiente: «se combina una mayor exigencia de capital regulatorio (como porcentaje de los activos ponderados por riesgo) con una restricción de los fondos propios contablemente válidos que son considerados aptos como capital regulatorio.

» En resumen Banco Popular ha aguantado la crisis, casi una década, sin ayuda externa alguna, ha absorbido fuertes provisiones, vendido negocios y acudido a sus accionistas en tres ocasiones, ha contribuido a la consolidación del sector, adquiriendo Banco Pastor, y ha hecho frente a sus responsabilidades sociales y es rentable en su negocio ordinario,  pero se enfrenta con altos requerimientos de capital, y más al tener en cuenta que es necesaria una holgura sobre los mínimos, y la conveniencia de centrarse en el negocio bancario y disminuir el peso de los activos inmobiliarios mediante su venta. Este es el dilema al que nos enfrentamos, lisa y llanamente».

Sin embargo, el Consejo de Administración se había reunido antes de la Junta de Accionistas en un momento en que los resultados del primer trimestre eran buenos, puesto que se había generado un beneficio neto en el negocio principal de casi 200 millones de euros, e indicaban que el Plan de Negocio de 2016 comenzaba a dar sus resultados.

En esa reunión pre-Junta, el Consejo del Popular aprobó un ambicioso Plan de Capital que tenía como conclusión principal que el banco tenía capacidad para generar 3.000 millones de euros sin necesidad de acudir a una nueva ampliación. Lo lógico hubiera sido que el presidente de la entidad, ante sus accionistas, hubiese presentado dicho plan. Sin embargo, no lo hizo y ejecutó el discurso en el que asustó al mercado, a los accionistas y a los clientes que, en consecuencia, provocó una fuga de depósitos y una caída del valor en bolsa.

Diario16 accedió a ese Plan de Capital que estaba basado en la venta de una serie de activos no estratégicos que llevarían al Popular a generar más de 3.000 millones de euros de capital. Algunas de estas operaciones ya estaban aprobadas por el Consejo y el resto fueron autorizadas ese 10 de abril.

El resumen de los impactos en el capital del Popular, en puntos básicos, de cada una de las medidas aprobadas es el siguiente, según se indica en el documento:

Otro de los aspectos que muestran cómo este Plan de Capital rompía la estrategia de Emilio Saracho es la fecha en la que se le entregó un primer borrador del mismo: 28 de marzo de 2017, es decir, 6 días antes de que se publicara el Hecho Relevante de la reexpresión de las cuentas de 2016, algo que tampoco comunicó al Consejo y que generó pánico pero que, finalmente, no tuvo apenas impacto en el resultado del banco.

El Plan de Capital aprobado por el Consejo iba en contra de la estrategia que Saracho expuso ante el Banco Central Europeo el día 15 de marzo —reunión que, por cierto, ocultó al Consejo, según indican los consejeros que ya han comparecido en la Audiencia Nacional— que pasaba por el nombramiento de un nuevo Consejero Delegado, por operaciones corporativas (ampliación de capital en la que no creía o venta de la entidad) y por la resolución del banco. Lo más grave de esa reunión en el BCE era que ya anunció la resolución del Popular tres meses antes de que se ejecutara.

Saracho sabía que el Popular era solvente, aunque torturase los números o la voluntad de los directivos, a los que advirtió que iba a someter a una «ingeniería inversa», algo que no suena muy bien como modelo de gestión de equipos directivos y que, como se pudo comprobar el día 6 de junio de 2017, fue una premonición.

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