Lucía Fernández: “La mayoría de las librerías pequeñas hemos hecho el esfuerzo de no hacer envíos en pos de la solidaridad sanitaria, mientras que las grandes han decidido continuar vendiendo libros”

24 de Abril de 2020
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Lucia Fernandez

En este atípico Día del Libro, las pequeñas librerías como bastiones de la cultura celebran que, a pesar de todo, siguen en pie. Ovni Bazar, unos de esos espacios transportadores a otras realidades, se encuentra en la calle Duquesa de Granada y lo regenta, Lucía Fernández, con la que tenemos la oportunidad de conversar -vía telemática- sobre la salud de las pequeñas librerías alternativas durante el Estado de alarma, cuáles son las fortalezas de las libreras y los libreros frente a las grandes plataformas, así como de otros asuntos que atañen a nuevos modelos de comercio o el valor de la sostenibilidad y la proximidad en los barrios resistentes a la gentrificación.

 En primer lugar, ¿cómo te encuentras, Lucía?

Me encuentro súper bien, la verdad. Me siento muyprivilegiada de poder pasar un confinamiento con mis gatos, con los que estoyteniendo una luna de miel total. Por suerte, todo mi entorno está bien. Tengobuena salud, tengo muchas ganas y mucha energía. Sinceramente, me está sentandomuy bien este descanso y, por eso, me siento bastante privilegiada.

¿Gozande salud las pequeñas librerías en tiempos de confinamiento?

Parafraseando la canción de Aiko: “Ya me iba malantes”. Con esto quiero decir que, como todo pequeño comercio, las libreríasestaban muy tocadas del ala. La mayoría de ellas ya estaban en una situaciónmuy precaria. Subsisten a duras penas y esto ha sido el detonante. Cuandovolvamos a las aperturas, veremos las consecuencias reales de toda estasituación. Parafraseando también a Generador: “Sonrío demasiado para ser tanpobre”. Creo que las librerías sonreímos demasiado para ser tan pobres. Noobstante, espero que casi todas estén intentando sobrevivir, aunque, sabiendoel coste de una librería, y con los tiempos oscuros que se presentan paratodos, las librerías pequeñas nos vamos a ver muy dentro de ese caos.

¿Cuálesson las fortalezas con las que cuentan las librerías pequeñas frente a lavoracidad de las grandes plataformas o grandes librerías?

Jorge Carrión en el libro Contra Amazon lo explica muy bien. Justo estos días me lo estoy releyendo porque posee una cantidad de argumentos que me encantan porque me arman. Básicamente, lo que nosotros podemos blandir ante la voracidad y ante toda esa eficiencia de las grandes cadenas y de las grandes compañías es la cercanía y la sabiduría. Un librero no deja de ser una persona formada y, a veces, me da la sensación de que de la misma manera que cuando una va a una gran superficie de moda y pregunta por un pantalón y te dicen: “Allí están”; por el contrario, si vas a una boutique de ropa, seguramente la dependienta te coja los bajos y te busque el pantalón de tu vida. Por ahí es donde radican nuestros valores.

Creo que las pequeñas libreras, como tantas hay en el panorama nacional, podemos recomendar el libro del momento, que te va a aportar un valor adicional. No es simplemente una compra. No entendemos el sentido mercantil tan fácil como otros comerciantes, es decir, a las grandes cadenas les da igual estar vendiendo libros que estar vendiendo papas. Pero nosotras las libreras le atribuimos un cariño y un valor al producto. Así, las grandes bazas a favor, a parte de esta cercanía y cotidianidad a la que uno accede cuando entra en una la librería, en el que el librero o la librera te dice, te explica, te pregunta, es el hecho de que comprar un libro te de esa impregnación, que sea un acto personal y casi un acto de autodeterminación. En este sentido, la experiencia de llegar una librería y dejarte llevar, sobre todo cuando las librerías están hecha al gusto y al mundo de la persona que la ha montado, es como entrar a otros mundos a otro universo. Me gusta mucho como explica esto también Jorge Carrión. Y, por otro lado, a favor del libro físico siempre se puede decir que se convierte en casi un talismán, un objeto sagrado, que le puedes atribuir un instante, una vivencia, un lugar, un recuerdo. Mientras que el libro digital carece de esa emotividad.

¿Oshabéis unido las pequeñas librerías del Estado para hacer fuerza en estasituación de excepcionalidad o ya existía una red?

Las pequeñas librerías siempre hemos hecho red yun poco de asociacionismo con eso de que la unión hace la fuerza. De la misma maneraque cuando llegaba el 8M, decidíamos de qué manera hacer la huelga paracoordinarnos, en este caso, aunque cada uno ha ido haciendo lo que haconsiderado, ha aparecido un carácter vecinal. Por ejemplo, entre los comerciosde mi calle nos preguntamos si hacer o no envíos, todo de forma muy orgánicapara buscar soluciones de cara al desajuste que se nos venia. Ya existían redesantes de esta situación, aunque las librerías oficiales están en otra batalla

Hacerpedidos online, ¿una cuestión ética o de necesidad? ¿En qué condiciones seestán enviando libros desde las pequeñas librerías? ¿Han surgido alternativas?

Aquí hay toda una densidad moral que oscila entretodas las perspectivas. Desde mi punto de vista, no seré policía de nadieporque en cada librería -como en cada casa- existen unas circunstancias, sonlas propias libreras las que tomarán las decisiones que mejor consideren, y notienen por qué dar explicaciones. Sí que es cierto que muchas de las pequeñaslibrerías nos pusimos desde el principio de acuerdo en que no deberíamos hacerenvíos para no alimentar más la máquina de la cadena de contagio.

Surgió de forma muy natural porque entendimos que teníamos una responsabilidad en ese sentido. Prácticamente el 80% decidimos de no hacer envíos. En mi caso, considero que podremos hacer envíos en el momento que existan una serie de protocolos y garantías de seguridad. Primero, para que a los clientes les llegue el envío en las condiciones de mayor seguridad sanitaria posible y, en mi caso, porque conozco a todos mis mensajeros, tienen nombre y apellidos, hasta les hago regalos en Navidad. Son personas con las que trabajo y hacen que mi trabajo llegue a buen puerto. Entonces, para mí los mensajeros, como gremio maltratado y agobiado por las grandes cadenas, no quiero meterles más carga de la que ya tienen con la voracidad de las compañías.

Aunque al final la gente consume y compracaprichos. Siento decirlo así, pero no creo que sea necesario comprar ropa enestos días. Por eso, mi aportación como librera es quitarle una carga detrabajo y que los mensajeros estén sólo para cubrir los serviciosverdaderamente necesarios durante el Estado de alarma. Por mucho que yoentienda que un libro es un producto de primera necesidad, gubernamentalmenteno lo son, por tanto, tengo la obligación de echar un paso atrás.

Luego, quienes sí están enviando libros afirman que los están limpiando con alcohol, empaquetándolo con guantes, cosa que me parece estupenda. Las alternativas son muchas y, sobre todo, destaca la de reservar libros para cuando vuelvan a abrir las tiendas, aunque muchas librerías han quitado hasta la venta online.

Desde las primeras cuatro semanas, muchaslibrerías decidimos no hacer envíos para aligerar la carga de los mensajeros yromper la cadena de contagio. Me sorprende que la mayoría de las libreríaspequeñas, que somos las más desgraciadas económicamente, hagamos este esfuerzoen pos de la solidaridad sanitaria; mientras las grandes, por el contrario, quesí podrían aguantar sin ganancias unos meses, decidan continuar vendiendo.Recuerdo que tuve una llamada de la distribuidora y le dije que no iba a hacerpedidos. Me advirtieron que las grandes cadenas seguían… Pero bueno, está bienmantenerse firme en tus convicciones, como decían en V de Vendetta: “Por muypoco que valga mi dignidad es lo único que me queda”.

Algunaslibrerías y editoriales están sacando bonos que podrán ser canjeados en unfuturo postcoronavírico. ¿Qué te parece esta medida?

Muchos de nosotros estamos sacando bonos o creando carnets de socios… Es la única vía que vemos para obtener algún tipo de ingreso. Yo lo he hecho, abrí el “club cósmico”, aunque el tema de los bonos ya estaba muy en práctica antes del coronavirus. En muchas librerías que funcionan de forma colaborativa, como La Fuga en Sevilla, o Ubú Libros en Granada, sus clientes habituales ingresan un dinero a principio de mes y con ese dinero pueden sufragar mucho de los gastos habituales, y te da una sostenibilidad. Esa cantidad de dinero también se retiene en libros, pero igualmente es alimento para las librerías. Aparte ves que existe un interés en lo que estás aportando culturalmente. La contra de estos bonos es que no deja de ser economía especulativa y que tiene cierta controversia, porque es pan para hoy y hambre para mañana. Yo me agobié un par de días, sobre todo cuando empiezas a leer si está bien o no está bien. Pero no deja de ser una opción genial y volveremos a mandar los libros. Nos dará mucha alegría de que la gente haya apostado por nosotros.

¿Haspodido solicitar alguna ayuda económica extraordinaria por el estado de alarma?

No existe una ayuda específica para librerías nipara el sector editorial. Sí existe la ayuda para autónomos y yo, sinceramente,he gestionado todo lo que yo podía solicitar para intentar solventar losgastos. Pero, por desgracia, la ayuda real vendrá de un préstamo ICO pararelanzar la empresa. Los préstamos ICO tienen una de las mejores rentabilidadesde la banca, pero como lo tienes que realizar a través de una entidad bancaria,prácticamente casi todos los bancos prefieren que pases por sus propiosprestamos, que tienen unos rendimientos más altos, es decir, que pagas másintereses y va directamente a ellos no al Estado. Entonces muchos de los bancosno están por la labor de que pidas el préstamo ICO. La realidad es que vamos atener que endeudarnos. Hace dos semanas tuve que decidir o cerrar o continuar yúnica posibilidad es endeudarme con el Estado o con la banca, a pesar de quererevitar esta situación. Hasta ahora, normalmente pedía microcréditos a misamigos. Pero ahora ya nadie va a poder prestar dinero ni quiero poner ese pesoa cualquiera de mis amistades, así que la única salida es endeudarte con elsistema o con el Estado.

¿Existeuna apreciación romántica del oficio del librero en el marco de la cultura?¿Cuál es su politización dentro del sector?

Creo que hay una apreciación excesivamenteromántica con el oficio del librero. Pertenecemos al gremio de la cultura ysomos uno de los escalafones más fuertes a nivel económico, así como uno de losmotores culturales más arraigados. Se habla mucho en estos días sobre si ellibro es un producto de primera necesidad o no y, como todo en esta vida, cadapersona tiene una serie de prioridades. Para mi, por ejemplo, sí es primera necesidad,pero realmente no lo es. Primera necesidad es tener vivienda, alimentación ysalud. Por desgracia, aunque la ciencia nos salva la vida y la cultura el alma,existe una romantización de las personas que ya afirman que las librerías sepodrían abrir, algo que me parece un suicidio económico total.

En primer lugar, porque si abres un negocio yaestá exento de cobrar ninguna ayuda y si no vendes es culpa tuya. Y, ensegundo, si me dejaran abrir, no lo haría porque soy responsable de mis propiosclientes y de sus allegados por la situación en la que estamos. Por otro lado,muchas pequeñas librerías que tienen a su cargo a uno o dos trabajadores noestán pudiendo ni hacer venta online ni hacer bonos porque, al fin y al cabo,no es cierre y por tanto no puede mandar al ERTE a sus empleados. Eso es unajugada muy mala para el librero porque pierdes la posibilidad de ayudas yganancias, a favor de tus empleados. Es una cuestión complicada.

Se ha utilizado el oficio romántico para decirque las librerías tienen que abrir. En el hipotético caso de que se pudieseabrir, muchas de las pequeñas librerías decidiríamos continuar cerradas para noponer en peligro a los clientes, mientras que -como al principio del Estado dealarma- las grandes abrirían alegando que respetan las normas de seguridad,como un supermercado. Nosotros intentamos mantener ese sentimiento de cultura yque las personas que vienen a nuestra librería nos importan, pero no dejamos deser comerciantes, de ahí a que la excesiva romantización del oficio nos estárestando, ya que no solo vivimos de los libros, también, pagamos impuestos,pagamos alquileres y empleados, y esa romantización se está politizando comocortina de humo para hablar de si el libro es o no de primera necesidad.

¿Algoque objetar sobre el papel del Ministerio de Cultura en la crisis del COVID-19?

¿Existe? No sé si es porque las pequeñaslibrerías vivimos en el suburbio cultural o en la periferia de todo esto, peropara mi el Ministerio de Cultura, ahora mismo, está anulado por toda lasituación. Aunque creo y espero que cuando todo vuelva a la apertura y se vayaretomando la actividad cultura, sean dignos.

Volviendoa las librerías. ¿Qué papel desempeñan las librerías en el mercado editorial?

En un sentido de sostenibilidad económicadesempeñan un papel bastante importante para el resto del gremio. Yo, aparte dellevar casi cuatro años con la librería Ovni, llevo siete y medio con laeditorial ‘Libros de Autoengaño’. Esta no hubiera tenido cabida ni sentido,primero sin sus autores y su público, pero, desde luego, no hubiera tenidoposibilidad de crecer sin el apoyo de tantísimos libreros independientes. Gentecon espacios preciosos que apoyaban, recomendaban a los autores, a laseditoriales, que apuestan por ti y son los que te hacen crecer. Los pequeños ypequeñas libreras son las que impregnan a los lectores de esa pasión.

Las librerías son imprescindibles. No deberíanperderse porque son realmente las que te van a recomendar a autores que te vana enamorar. Los que te recomiendan libros que van a cambiar tu vida, los quevan a recomendar a los críos libros que les llenarán de valores el resto de susvidas. Las pequeñas librerías son los sitios donde poder encontrarte contigomismo, son las que te van a curar de una ruptura de amor. Son los sitios dondeencontrarás los libros que te romperán por dentro y te rehagan por fuera. Meparece súper importante el papel que hacen muchísimos de los libreros, apoyandoa desconocidos, que serán grandes conocidos. Porque los premios Planeta y las casas de libros ya tienen unaestructura mercantil tan férrea, tan vacías de vida y de alma, que aportan unmero consumo sin menos menospreciar a sus autores.

 La vidallega de la sangre nueva y ahí está el papel de las pequeñas librerías., quehacen que el árbol editorial se alimente de nueva sangre y de nueva savia.

¿Sonlas librerías meros comercios o espacios de encuentro y cultura?

Las pequeñas librerías bailan entres dos aguas.Por un lado, somos comercios y pequeño comercio y nos afectan las mismasproblemáticas que al comercio local. Tenemos que pagar facturas, alquileres,proveedores y una cantidad desorbitada de impuestos. Por otra parte, somosespacio de encuentro y cultura y otras realidades. Por eso, las pequeñaslibrerías deben de crear su propia personalidad. A mi me encanta tener variassecciones, como la LGTBIQ+, me parece tan bonito que se sientan en un espacioseguro y puedan desarrollarse como personas, indagar, investigar, formarse oseguir buscando en su anhelo de persona… Creo que se están gestando nuevostipos de comercios que, aunque sigan siendo puramente comercios, forman partede una red vecinal. Me encantan esos nuevos comercios de consumo sostenibleporque se crea una red alternativa, de formas de vida, que son mucho más éticas,consecuentes, responsables con todo lo que nos rodea, con el medioambiente ycon la sociedad.

¿Quéaportan las librerías al comercio local de una ciudad? ¿Cómo inciden en unbarrio?

Una de las cosas que más me gustan de tener unalibrería es poder formar parte del barrio. En ciudades donde los bloques cadavez son más Airibnb, cafeterías de grandes cadenas y los supermercadospertenecen a una gran multinacional. ¿A quién le dejas unas llaves o le pidesun favor para un recado? Necesitamos una red de apoyo. A mi me encanta poder decirlesa mis vecinos que en mi tienda pueden dejar las llaves, que pueden dejar unrecado para alguien. Esa deshumanización a la que nos vemos avocados es lo quearrastra el capitalismo más voraz, el no apegarse a ciertos vínculoscolaborativos. Por eso hay que incentivar además de ser comerciantes, somosvecinos.

Enun escenario de aparente vuelta a la normalidad, ¿cuáles son tus planes para lalibrería que regentas? Hoy es el Día del Libro…

Supuestamente lo han pasado al 23 de julio y creoque nos vamos a derretir. Esperemos que no haya una normalidad como laconocíamos porque no me gustaba. No me gustaba el frenetismo al que estábamossometidos, la premura, la urgencia, la emergencia…Ojalá este confinamiento nosenseñe la calma, la tranquilidad y el disfrute introspectivo, que nos hacía unpoco de falta con independencia de la falta que le hacía también al planeta.

Tengo muchísimas ganas de volver y de abrazas amis clientes y de poder disfrutar el espacio de la librería con sus visitas. Lareinvención de las librerías para la vuelta a la actividad pasa por el comercioonline que, en este caso, por ejemplo, es el momento de formar filas y fidelizara tus clientes, y de hacer red de apoyos entre toda la gente que cree en tuproyecto. Ahora mismo lo que más me preocupa es conseguir la financiación parapoder de forma básica mantener la estructura de Ovni.

En las redes se está creando mucha comunidad entre las propias librerías, sus clientes, entre autores y artistas. Han surgido campañas como #YoApoyoMiLibrería o #YoMeEsperoAMiLibrero. No puedo dejar de pensar en mis compañeros libreros de Granada como Ubú, Praga, Subterránea, Bakakai. O las librerías de Valencia como la Batisfera o la Bartleby. Mis favoritas de Madrid: Molar o La Integral. En Barcelona, La Llama y FatBottoms. Hay tantas… Espero que cuando volvamos a la normalidad sigan en pie y continuemos con esta red gremial de pequeñas librerías alternativas.

Como libreros deberíamos remover, sin juzgar,aquellas conciencias que te siguen a través de tu negocio y hablar sobre lo queconsideras responsable en esta situación. Está bien dar libertades comercialesy, sin ser policía ni voz de nada, tener la capacidad o el hilo de voz parahacer pedagogía.

Nopuedo despedirme de una librera sin pedirle algunas recomendaciones.

Podría decir tantos autores… En este caso, he escogido el libro de Jorge Carrión Contra Amazon, que me está armando mucho. También estoy con el de Ana Mushell sobre Patti Smith, una preciosidad gráfica. También recomiendo, con eso de que estoy muy reivindicativa, Contra el capitalismo salvaje de Bernie Sanders. Tengo que recomendar la maravilla Del caminar sobre el hielo de Werner Herzog’. Me estoy leyendo el libro de mi amigo, Miguel Ángel Medina, No vas a aprender en tu puta vida, que sienta muy bien para la risa. Además, quiero empezar Vozdevieja de Elisa Victoria. Y luego, también estoy releyendo un libro que me ha salvado la cabeza en estos últimos años, se titula La Sociedad errante de Kerri Smith, que habla sobre la deriva y sobre la introspección personal hacia la sociedad.

Lucía se despide con una frase de Contra Amazon: “Una biblioteca solamente tiene sentido si calma al tiempo que desasosiega, si soluciona pero, sobre todo, plantea enigmas, retos… Convivir con una biblioteca personal significa saber que no te rindes”.

Feliz Día del Libro para todas las lectoras y loslectores

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