viernes, 8diciembre, 2023
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La carpa azul

Emma Larreta
Emma Larreta
Comunicadora y directora del espacio inVISIBLES
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análisis

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El cielo siempre ha tenido un extraño poder sobre mí. Desde que tengo uso de razón, miraba hacia arriba y me gustaba pensar que todos los seres humanos, estábamos bajo la misma carpa azul.

Que en algún país de África, un niño cuidaba sus cabras bajo un baobab y en medio del mar, capitanes de barco transportaban contenedores llenos de maquinaria desafiando a olas gigantes. Todos bajo la misma carpa…

Esta ensoñación infantil, se fue desdibujando con el paso de los años cuando a base de decepciones, entendí que compartir el mismo cielo no va más allá de eso mismo. En este tablero, hay jugadores de primera y de segunda. Jugadores que siguen tirando el dado sin querer hacerlo y súper jugadores que avanzan casillas sin mover ni un dedo. Otros que no aparecen ni en el tablero y luego están los que abren y cierran las partidas…Todos bajo la misma carpa…

Mi decepción ha ido creciendo cuando he visto con mis ojos que el sufrimiento humano no vale igual en París que en Etiopía. Que por lo visto la dignidad, es más legítima en La Coruña que en Kabul y que la vida sin ningún tipo de duda, es mucho más valiosa en Berlín que en Nueva Delhi. Que el futuro es gris y opaco para una niña de Teherán y está lleno de brillantina y luz para ella, que está en Ámsterdam.

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El instinto animal de protección que tenemos las madres se agudiza cuando hueles el peligro y  te pones en guardia esperando la embestida. Las jugadoras de primera, esta situación posiblemente, solo la han comentado divertidas con su cuadrilla de spinning delante de su té energético; imaginándose apretando glúteo como la Khaleesi al frente de sus inmaculados pero yo tengo en mi retina grabadas, las fotos que nos llegan desde Gaza día tras día. Madres a la deriva, sin rostro, sin aliento, que se aferran a sus cachorros queriéndolos blindar de todo el horror que les aplasta, madres con cuerpos pequeños sin vida en los brazos que gritan sin voz al aire, esperando una respuesta a su dolor. No vale correr…Ellas no tienen turno de dado.

Pienso en esto como un bucle doloroso porque soy consciente, de que los que manejan el tablero, observan esta partida desde su sofá de piel teniendo a sus hijos a buen recaudo en casa. Moviendo fichas sin prestar atención. Obviando el clamor mundial que apela a la vergüenza humana por estar presenciando desde nuestro confort, el exterminio de un país donde personas indefensas e inocentes están siendo tratadas como peones sin valor en una mega partida donde el premio debe ser tan repugnantemente grande que la vida humana pasa a ser secundaria. ¿Qué pensarán esas madres de las mujeres que estamos al otro lado del tablero? Me avergüenza ser parte de la marea tolerante.

Soy madre y pasaría por encima de cualquiera para proteger a mis cachorros. Quienes tienen los dados en la mano, ¿No tienen hijos? ¿No sienten la indefensión de esos niños? Aquí lo importante no es participar como se suele decir…Lo importante es donde comenzaste la partida.¡ Mi amor eterno para las madres que están sufriendo por el bienestar de sus cachorros!

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