No todos los escritores pueden afirmar que vienen de un mundo mucho más duro que cualquier ficción imaginada. José M. Peinado Pereira (Lérida, 1985) superó la delincuencia que vivió de niño y joven, gracias a la magia y la literatura. Sus vivencias las narra en su primera novela, Hijo de la luna (ExLibric, 2023), una obra que promete convertirse en uno de los impactos de la temporada.
¿Qué mantienes del niño que se perdió en la delincuencia?
Más qué mantener, sería lo que echo en falta, incluso me causa un gran vacío, y es el tiempo que no pasé en familia y que ya nunca lo pasaré; quisiera volver atrás para poder disfrutar de esas pequeñas cosas como cenas en familia, ver una película todos juntos o salir del colegio y ver a uno de mis padres esperándome en la puerta, algo que no tuve jamás.
¿Y cómo llega la magia a tu vida?
Es una de las cosas interesantes que tiene Hijo de la luna. Un día me encontré con un rival, o enemigo, como lo queramos llamar. Él me debía gran cantidad de dinero, así que cuando lo vi fui a por él. Cuando estaba a una distancia de unos tres metros él saco una pistola y me apuntó a la altura del pecho. Yo, en ese momento de mi vida, estaba hecho de algo tan duro que no le temía a nada, así que afronté la situación y no desistí a sus gritos de amenaza; me fui acercando hasta que me disparó dos veces, la primera en el pie derecho (que falló, por cierto); la segunda al pecho, con tanta suerte de mi parte que el arma se encasquilló y se la arrebaté. Dos meses después estaba sentado en un banco y una mujer morena, de unos 35 años, se quedó mirándome con insistencia hasta que al final se acercó y me dijo: “Quiero decirte algo, pero no te asustes”. Me dijo que yo debería haber muerto ese año, me quedé congelado al escuchar eso después de mi vivencia. Me propuso iniciarme durante un año en la alta magia y acepté.
¿Y qué es la magia?
Hay muchos formas de practicar la magia; para mí la magia es tener o adquirir el don de saber manipular las diferentes energías y usarlas con una intención.
¿Mago o escritor?
Cien por cien mago y cien por cien escritor, porque sin lo que aprendí de la magia y sus vivencias no existiría Hijo de la luna, así que para mí ahora magia y literatura van de la mano.
“Quisiera volver atrás para disfrutar de esas pequeñas cosas como cenas en familia o salir del colegio y ver a uno de mis padres esperándome en la puerta, algo que no tuve jamás”
¿El mundo ha perdido la magia?
El mundo está perdiendo muchas cosas, no solo la magia, principios, valores, creencias, pero todavía quedan países que conservan esa magia que lleva el ser humano y que es tan increíble.
¿Por qué y cuándo decides escribir la novela Hijo de la luna?
Mi vida, para bien o para mal, siempre va muy rápido, en un año mío pasa lo que a otra persona le sucede en cinco, así que me dije: “aprovecha eso a tu favor y sácalo a la luz, seguro que hay miles de personas que viven o les suceden cosas similares”, y si Hijo de la luna a otros introduce un susurro de esos que te hace clic en la mente, ya estoy más que contento.
¿Qué emociones despierta en ti esta historia cuando la vuelves a leer?
Pufff, mirar la vista atrás me recuerda cuánto dolor he pasado en mi vida, pero también de cómo he salido adelante, y, lo que es más importante, que lo he podido transformar en algo positivo; también me despierta emoción porque ahora tengo una vida normal, lejos de ese estado de alerta que siempre me acompañaba.
¿Y crees que los lectores, ajenos al mundo que contiene, también sentirán emociones semejantes?
Seguro que a todo ser humano que tiene empatía, igual no grosso modo, pero creo que sí.
Decía David Bowie que “la religión es para la gente que tiene miedo de irse al infierno. La espiritualidad es para aquellos que han estado ahí”. ¿Tú qué piensas?
Estoy totalmente de acuerdo. Una mente fuerte no se crea en un paraíso, se crea en un infierno.
¿Vendrán más novelas?
Sí, creo que vendrá la segunda parte de Hijo de la luna, cuando el lector lea el último capítulo de mi libro lo entenderá.