Constitución Española o el pueblo excluido
07
de Diciembre
de
2019
Actualizado
el
02
de julio
de
2024
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Hoy se celebra el día de la Constitución, un evento en el que se conmemora la aprobación de la Carta Magna, el texto legal que reconoce los derechos y las libertades de la ciudadanía, como en cualquier país democrático. Sin embargo, en España, se da la circunstancia de que la sanción, que no el juramento, del Jefe del Estado no vino acompañada de la batería legal que garantizara esos derechos y esas libertades que, por distintos intereses políticos, son vulnerados por las élites y quienes deberían ponerle freno no son capaces de hacerlo.La Constitución necesita de una reforma muy profunda, incluso, de llegar a abrir un proceso constituyente. El pueblo lo está demandando, sobre todo después de una crisis económica que ha mostrado a la ciudadanía que la Constitución se ha quedado obsoleta y que no responde a las necesidades del pueblo.Sin embargo, el lugar en el que deberían llevarse a cabo dichas reformas, el Parlamento, se ha convertido en la antítesis de lo que debería ser. El lugar donde reside el poder legislativo debería ser un sitio de palabra, de consenso, de acercamiento, de reflexión, de pensamiento, de libertad, de solidaridad y de igualdad real. Es decir, en el reflejo, en la síntesis de todo lo que el pueblo representa, el lugar donde se ejerciese la voluntad popular que, en concreto, es la función que le tiene reservada la Carta Magna porque en cada escaño está representado una parte proporcional del pueblo español y, por tanto, cada diputado debe responder con sus actos a hacer reales las demandas de la ciudadanía. En concreto, el Parlamento debería ser un reflejo de la ética, de la coherencia y de la verdad que se espera de la política y de los políticos.La realidad ha transformado al Congreso de los Diputados en todo lo contrario. Las comisiones se convierten en sesiones de lobbies que sacan conclusiones que sólo favorecen a los poderes económicos. Del pueblo nadie se acuerda. El mejor ejemplo lo tuvimos con la Comisión sobre la Crisis Económica en la que pudimos comprobar cómo no se atacó en ningún momento las verdaderas causas que llevaron al pueblo español a salvar las cuentas de resultados de la banca. Todo ello sin contar con el «blanqueamiento» que se hizo de las verdaderas razones por las que 1,2 millones de españoles fueron arruinados por la operación diabólica del Popular cuyo único fin fue el de ejecutar un rescate encubierto al Banco Santander.Esta nueva legislatura que se abre también genera en el pueblo la esperanza de que habrá un compromiso por parte de los partidos progresistas de realizar esas reformas que garanticen los derechos y las libertades reconocidas en la Constitución. ¿Para qué sirve un derecho a la vivienda si los bancos, los fondos buitre y las grandes fortunas están desahuciando a la gente o especulando con el valor de los alquileres? ¿Para qué sirve el derecho a la vida si no se ponen las herramientas necesarias para evitar el terrorismo machista que siega la vida de varias decenas de mujeres cada año? ¿Para qué sirve el derecho al trabajo si no hay voluntad de derogar las leyes que permiten el incumplimiento sistemático de lo indicado en la Constitución?La legislatura que se abrió el pasado martes puede ser histórica por varias razones. En primer lugar, por convertir la casa del pueblo en lo que constitucionalmente debe ser y en lo que exige la democracia que sea. En segundo término, por frenar desde la democracia a la extrema derecha que amenaza las esencias mismas del Estado de derecho, las libertades y los derechos que, precisamente, son la base sobre la que se sustenta un país democrático. La amenaza de los ultras sólo se puede eliminar anteponiendo la ética, la coherencia y la libertad a los discursos de odio; dando al pueblo lo que realmente necesita, aunque eso le suponga un 3% de PIB menos de beneficios a las clases dominantes porque, de este modo, se vaciará totalmente de contenido el discurso populista que, ya de por sí, sólo tiene el continente.Este medio de comunicación, estas páginas, este nuevo Diario16 resurgió en esta nueva etapa del periodismo digital y del nuevo periodismo «Indochar» un 6 de diciembre porque Diario16 nació con la vocación, el espíritu, la intención de ser libre e independiente, con la expresa voluntad de servir al pueblo en la defensa de sus derechos reales y constitucionales. Este ha sido, es y será nuestro decidido aporte a la democracia de nuestro pueblo en general. Lo que realmente debería ser, de igual manera, la obligación del Congreso de los Diputados.
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