El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de mayo de 2025, realizó una pregunta relacionada con bajar la edad a la que se puede votar en España. Concretamente, la pregunta era: “En la actualidad hay quienes piensan que se debería rebajar la edad de voto a los 16 años. ¿Está Ud. muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo o muy en desacuerdo con bajar la edad de voto a los 16?”.
El resultado fue claro. Un 79,3 por ciento de los españoles está en desacuerdo o muy en desacuerdo con bajar la edad de voto a los 16 años. Mientras un 18,4 por ciento afirma estar muy de acuerdo o de acuerdo con esta medida.
Ante esos datos, lo primero que hay que señalar es que la reducción de la edad para votar a los 16 años no es un debate central dentro de la sociedad española en estos momentos, aunque el ministerio de Juventud e Infancia parece que está trabajando en una ley en este sentido.
Lo segundo, es que hay momentos en que las instituciones van por delante de la sociedad, y en otros legislan al rebufo de mayoría sociales ya consolidadas, como ocurrió por ejemplo en el caso del divorcio, del aborto, o del matrimonio de personas del mismo sexo.
Digo esto porque hay que ver si en este tema nos encontraremos en el primero de los escenarios o en el segundo. Es decir, se legislará, aunque no es una demanda mayoritaria de la sociedad, o se dejará como está.
En todo caso, su potencial como objeto de debate no debe subestimarse, ya que la reducción de la edad, junto con una educación cívica importante en los centros educativos, puede contribuir positivamente a la calidad democrática en España. Y así, ni su debate ni su implantación deberían ser una medida aislada, sino que tendrían que formar parte de una amplia agenda de reformas democráticas a debatir en la sociedad española para fortalecer nuestra cultura cívica, aumentar la confianza de los ciudadanos en las instituciones, incrementar la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos y ampliar la transparencia y la rendición de cuentas.
Con los datos del CIS, si nos centramos en los que están muy de acuerdo o de acuerdo con bajar la edad de voto, se observa:
- Los hombres, con un 19,4 por ciento, están más de acuerdo con bajar la edad de voto a los 16 años que las mujeres, un 17,5 por ciento. Concretamente, en el caso de los hombres un 3,9 por ciento está muy de acuerdo y un 15,5 por ciento está de acuerdo. En las mujeres, un 1,9 por ciento está muy de acuerdo y un 15,6 de acuerdo.
- Por grupos de edad, los jóvenes son los que presentan niveles de desacuerdo más altos, mientras que las personas de más de 65 años son los que más la apoyan. Concretamente, están en desacuerdo con bajar la edad de voto un 87,4 de los jóvenes entre 18 y 24 años, y un 86,9 por ciento de los de 25 a 34 años. Están de acuerdo el 25 por ciento en el tramo de edad de 65 a 74 años y el 26,8 por ciento en el tramo de 75 y más años.
- Por nivel educativo, los que más apoyan la medida son las personas con menos estudios y va disminuyendo según se incrementa la formación. Así, las personas sin estudios están de acuerdo un 34,5 por ciento, y las personas con estudios superiores un 11,9 por ciento.
- Por clase social subjetiva, el apoyo es más alto entre quienes se identifican como clase baja o trabajadora, con un 21,4 por ciento, y más bajo entre la clase media-baja, con un 11,7 por ciento y la clase media-media, con un 14,5 por ciento.
- Por voto a partidos, el apoyo está fuertemente politizado. Los que tienen porcentajes más bajos de apoyo son los votantes del PP, con un 8,8 por ciento, y los votantes de Vox, con un 15,2 por ciento. Y los que presentan porcentajes más altos entre las cuatro fuerzas políticas con mayor representación en el Congreso son los votantes de Sumar, con un 26,7 por ciento seguidos de los del PSOE, con un 24 por ciento.
Estos datos muestran que en España hoy por hoy no hay un consenso favorable para reducir la edad de voto a los 16 años. No obstante, es imprescindible abrir un debate sobre esta cuestión.