Perfil Óscar Iglesias

Radiografía del asociacionismo en España

23 de Diciembre de 2024
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Radiografía del asociacionismo en España

El escaso interés de los españoles por pertenecer a una asociación voluntariamente ya sea cívica, cultural, social o política, es uno de los grandes déficits que tiene la democracia en España.

Resulta preocupante que el 62,9 por ciento de la población no haya pertenecido nunca a una asociación, solo un 22,3 por ciento esté asociado en la actualidad, y un 14,6 por ciento lo hizo en algún momento de su vida, según la la encuesta de “Tendencias de asociacionismo en España” realizada por el Centro de Investigaciones Científicas (CIS)

Esta realidad, que sitúa a España entre los países que tienen porcentajes más bajos de asociacionismo de toda Europa, hace necesario que se lleve a cabo una reflexión profunda por parte de la sociedad en su conjunto, y especialmente por todas las administraciones para promover una mayor participación, que al final es sinónimo de mejor democracia.

Como señala Putnam, tanto el asociacionismo como la participación cívica tienen gran influencia en el desarrollo económico, en el ámbito político, y en la cohesión social de una sociedad.

Es decir, un mayor capital social está siempre asociado a mejores resultados económicos, políticos y sociales, al considerar que los contactos sociales afectan a la productividad de los individuos y los grupos, y como consecuencia a la calidad de la democracia.

Si hacemos una radiografía del asociacionismo en España, utilizando los datos del CIS, se puede observar:

  • Existen diferencias por sexo. El 65,4 por ciento de las mujeres nunca ha pertenecido a una asociación, mientras en los hombres se sitúa en el 60,3 por ciento.
  • Existen diferencias por edad. Los ciudadanos entre 65 y 74 años, con un 28 por ciento, y los de 45 a 54 años, con un 25,1 por ciento, son los que más participan en las asociaciones. Mientras los porcentajes más bajos de pertenencia en la actualidad a una asociación se encuentran en las franjas de edad entre 25 y 34 años, con un 12,9 por ciento, y entre 18 y 24 años, con un 13,8 por ciento.
  • El tipo de asociaciones a las que se pertenece son principalmente culturales, un 26,1 por ciento; partidos o asociaciones políticas, un 24,6 por ciento; sindicatos, un 17,5 por ciento; ONG de cooperación, un 16,9 por ciento; y deportivas, un 10,8 por ciento.
  • Las personas que pertenecen a una asociación le dedican poco tiempo. Del 22,3 por ciento de la población que dice participar en asociaciones, un 16,9 por ciento ha dedicado más de 20 horas a su asociación en los últimos tres meses; un 11,9 por ciento, entre 1 y 4 horas; y un 51,4 por ciento no ha dedicado nada o prácticamente nada de tiempo.
  • Existen diversos motivos para no pertenecer a ningún tipo de asociación u organización. Los principales motivos que esgrimen son: un 50,7 por ciento afirma que nunca se lo ha planteado; un 46,7 por ciento, señala que por motivos de tiempo; un 27,7 por ciento, porque no le interesa participar en ninguna; un 26,8 por ciento, porque no hay ninguna organización que le motive lo suficiente; y un 8,8 por ciento, porque no quiere meterse en líos.
  • Se considera que los partidos políticos (un 70,6%), las organizaciones empresariales (un 64,1%), los sindicatos (un 49,1%), las organizaciones feministas (un 45,3%9 y las asociaciones religiosas (un 37,4%), son las organizaciones que más influyen en las decisiones políticas en España en la actualidad.
  • Las organizaciones que los ciudadanos consideran que tendrán mayor grado de influencia dentro de cinco años son las asociaciones de vecinos, un 50,8 por ciento así lo cree; los sindicatos, un 46,6 por ciento; los partidos políticos, un 45,2 por ciento; las organizaciones feministas, un 39,6 por ciento; las ecologistas, un 38 por ciento; y las pacifistas, un 32,8 por ciento.

Esta realidad, hace necesario que, desde las instituciones, y también desde la sociedad en su conjunto, empezando desde muy temprano en el sistema educativo, se tomen medidas activas para revertir esta crisis del capital social en España, ya que aumentar el asociacionismo y la participación cívica incrementará nuestro bienestar económico, social y político. Y en consecuencia aumentará la calidad de nuestra democracia, que ya es una de las mejores del mundo.

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