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El monstruo aberrante de la justicia social

Julián Molina Illán
Julián Molina Illán
Psicólogo, Fisioterapeuta, Enfermero, Filólogo, e Historiador del Arte.
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análisis

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Javier Milei ha visitado España para recibir un galardón de la Fundación Juan de Mairena. Juan de Mairena fue un personaje ficticio creado por Antonio Machado para desgranar a través de él sus pensamientos filosóficos, aunque en tono muy irónico, sobre diversos temas de índole político, social, artístico, etc. Lo importante no es quién era Juan de Mairena, sino quién era Antonio Machado. Para aquéllos que no lo sepan Antonio Machado fue un gran poeta comprometido con la justicia social  y represaliado por todo lo que Javier Milei representa. A este paso no tardará mucho la ultraderecha en crear la Fundación Dolores Ibárruri para reivindicar el papel nuclear de la mujer en la familia tradicional  ¿Hace falta abundar más en la cuestión?

Javier Milei es un peligrosísimo niño lechuguino que no comprende nada. Tan peligroso resulta que está destruyendo Argentina creyendo que la está salvando. Al igual que un niño malcriado es caprichoso, impulsivo, irreflexivo, violento, insolidario, egoísta y, sobre todo, absolutamente irresponsable: lo mismo arranca las patas a un saltamontes, que destruye un nido de pájaros; por placer, por ver qué pasa. Sin empatía, sin remordimientos, sin pudor. Es terrorífico que un personaje así, un libertino (que él confunde con libertario) haya alcanzado el poder por muy desesperado que pueda estar el pueblo argentino. ¡Qué fácil resulta hablar de destrucción de unos servicios públicos creados por otros! Y todo ¿por qué? ¿Por que ahora le toca a él mantenerlos? En eso consiste el Estado del Bienestar: unos lo crean y otros lo mantienen para que podamos disfrutarlo todos y todas; y no “unos lo crean y otros lo destruyen” para no tener que mantenerlo. Pero eso sí, cuando se necesite, que no falte. Todavía recuerdo cuando la Sra. Cifuentes despertó en la UCI del hospital La Paz de Madrid. No pidió que la trasladaran a un hospital privado de inmediato, no. Le pareció muy bien que la atendieran en la cada vez menos extraordinaria sanidad pública madrileña que la Sra. Ayuso, ferviente admiradora de Javier Milei, está destruyendo.

El Socialismo no empobrece a los pueblos. El Socialismo suaviza las desigualdades que de manera sistemática genera el sistema capitalista. Esto lo hace retornado una parte de la riqueza generada por los y las trabajadoras en forma de servicios públicos, que son de todos y de todas. Cuando se destruyen los servicios públicos se roba de manera flagrante a la población y se la deja indefensa, y lo peor, como son indispensables, esos servicios públicos habrá que crearlos otra vez provocando un gasto doble o triple que, por supuesto, tendrán que pagar los y las trabajadoras. Una catástrofe económica como no podía ser de otra manera. Si tú eliminas algo que sobra, en cierta manera sales ganando. Pero si destruyes algo imprescindible, la pérdida es tan grande que resulta inaceptable, haciendo necesario emplear cualquier esfuerzo con tal de recuperarlo. La sociedad no puede sobrevivir sin Socialismo, y después de la era Milei, éste será más necesario que nunca. Y por cierto, no sé qué problema y qué odio tiene Javier Milei con y contra el Socialismo ¿Cuándo ha gobernado el Socialismo en Argentina? Aunque, después de la catástrofe mileista, sin duda alguna gobernará.

Los españoles y españolas debemos agradecer el ejemplo que nos está dando este personaje y escarmentar en cabeza ajena. Isabel Díaz Ayuso nos muestra con esta concesión de medallas cuál es la auténtica política que a ella le gustaría hacer si pudiera: destruirlo todo y que imperara la ley del más fuerte. Eso ya se intentó durante la conquista del oeste americano y no funcionó. Hubo que civilizarlos con leyes, derechos, y…  servicios públicos.

Los servicios públicos son caros y costosos de mantener, sí, pero representan y proporcionan la justicia y la protección social sin la cual no podríamos vivir. Por eso es por lo que tenemos que defenderlos entre todos y todas, solidariamente, y no consentir que ningún personaje salido de una película de terror nos atemorice y los destruya. Son nuestros, los hemos creado nosotros con nuestro esfuerzo. Los mantenemos nosotros, la clase trabajadora, que somos los que más contribuimos. No consintamos que la ignorancia y el salvajismo de los milei o los ayuso nos arruinen la vida. Un saludo a todo el mundo.

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