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28/11/2016. “Con 42 años es prácticamente imposible que vuelvas a trabajar”

28 de Noviembre de 2016
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Hace un par de semanas recibí la carta de una mujer llamada Gabriela. Me contaba su desesperación porque ya no tenía cómo vivir.A raíz de aquella carta, hice público mi correo por si alguien más quería contar lo suyo. Estoy segura de que en esos casos en los que parece haber desaparecido toda posibilidad de salida, solo queda narrarlo. Y al narrar tu desespero, lo haces manejable.Voy recibiendo cartas. Publico hoy la de Esther, que además de lo que cuenta aquí, sabe de pobreza energética

Mi historia, desgraciadamente, no es una historia única, y tampoco la más dramática, y forma parte del sufrimiento que nos han infringido bajo la excusa de una crisis de la que no tuvimos ninguna responsabilidad, y con unas condiciones propicias para que el sufrimiento se prolongue más allá de lo admisible, mujer desempleada mayor de 45 años.

En los años previos a la crisis, tras un proceso de divorcio y el inicio de una nueva relación, perdí mi puesto de trabajo con 35 años y recién comprada nuestra vivienda, previa hipoteca. Tras dos años de búsqueda de empleo sin éxito, mi pareja y yo decidimos hacernos “emprendedores” y montar nuestro propio negocio, en aquel momento todo eran facilidades por parte de los bancos: segunda hipoteca sobre la vivienda, préstamos personales, etc.

Al poco tiempo de abrir el negocio se produjo el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, los tipos de interés de la hipoteca empezaron a dispararse, empezó la dramática destrucción de empleo, sobre todo en la construcción, y todo ello empezó a afectar gravemente a nuestro negocio, de tal manera que no tardamos en sufrir sus consecuencias, no pudiendo hacer frente al pago de las hipotecas, de los préstamos, del alquiler del local, etc.

Toda esta situación se llevó por delante nuestra vida, incluida la propia relación. Tuvimos que “maltraspasar” (regalar) el negocio y pusimos la vivienda en venta, pero ya era imposible venderla, el mercado inmobiliario estaba saturado.

A partir de aquí inicié una nueva etapa en mi vida, conseguí un empleo en otra ciudad, en la administración pública, pero llegó el PP al gobierno con sus recortes. Yo estaba de personal laboral en Castilla La Mancha cuando Mª Dolores de Cospedal llegó al gobierno regional e hizo la más escandalosa de las escabechinas con los interinos, nos despidió masivamente, dejó de cubrir bajas, sustituciones, vacaciones, y nos cerró las puertas para poder trabajar.

Pero lo peor estaba por llegar, la primera constatación de lo que se me venía encima la tuve el día que fui a inscribirme como demandante de empleo al INEM, y el funcionario que me atendió me dijo con rotundidad: “con 42 años es prácticamente imposible que vuelvas a trabajar en tu vida”, y poco se equivocaba, han pasado ya 6 años y sigo desempleada.

Fui sobreviviendo con la ayuda de mi familia, hasta que decidí emigrar a otra comunidad autónoma, donde existen mejores condiciones de ayuda para subsistir mientras consigues un empleo, y donde no eres excluida de la concesión de ayudas por ser una mujer sin cargas familiares, como si las mujeres sin cargas familiares no tuviésemos derecho a comer, y donde fui acogida por unos amigos en su casa mientras me concedían las ayudas para poder sobrevivir y alquilar una vivienda.

Mientras tanto, el proceso judicial por las deudas generadas por el fracaso del negocio, continuaba su curso, Ibercaja había vendido la deuda, de los préstamos personales, concedidos por teléfono, a un fondo buitre, había ejecutado la hipoteca, hasta que en 2015 una empresa (vinculada con Ibercaja) se adjudicó la vivienda por el 60% del valor de tasación.

Lo lógico es que si se quedan la vivienda, que era el bien hipotecado, se finiquite la deuda, pero Ibercaja sigue reclamándonos 70.000 euros a mayores.

Por otro lado, el Ayuntamiento nos reclama una plusvalía de más de 4800 euros. Una plusvalía de una vivienda que nos han embargado y de la que nos siguen reclamando 70.000 euros. ¿Qué plusvalía hemos obtenido? Que la pague Ibercaja o la inmobiliaria que se la adjudicó en la subasta, que son quienes van a obtener plusvalías con su venta.

Pero el ayuntamiento no se conformó con reclamarla, sino que llegó a embargarme la cuenta donde iba ahorrando de la ayuda que recibía para poder alquilar una vivienda donde refugiarme, dejándome la cuenta a cero y embargo pendiente.

Por si todo esto era poco, me diagnosticaron Fibromialgia, se me generó una endometriosis por pólipos en los ovarios, me detectaron una grave intolerancia a la lactosa y la ansiedad se apoderaba de mi cada día.

Desde muy pequeña he tenido inquietudes políticas, sobre todo en defensa de los más débiles y de la clase trabajadora en general, he colaborado con la PAH y con STOP desahucios, he sido activa en todas las huelgas generales y en todas las movilizaciones que se convocaban exigiendo un mundo mejor y más justo.

Hoy sigo luchando por todo eso a pesar de mi dramática situación. Soy una mujer, de 48 años, luchando con la Fibromialgia y otras dolencias, sin un sitio propio donde vivir y desarrollarme como persona, desempleada, subsistiendo y administrando austeramente la ayuda que recibo, con la espada de Damocles de unas deudas injustas con el banco que quizá no pueda pagar jamás, lejos de mi familia, acogida solidariamente por unos amigos, y con las esperanzas de recomponer mi vida cada vez más mermadas.

Yo no quiero ayudas, quiero un puesto de trabajo que me permita desarrollarme como persona, sin depender de nadie, que me permita acceder a una vivienda donde desarrollar mi propia vida. Me siento al margen de la sociedad y quiero volver a formar parte de ella, como la inmensa mayoría de las personas que en estos años han visto derrumbarse sus vidas y sus esperanzas por culpa de quienes gobiernan para los ricos en detrimento de la mayoría de la población.

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Esta mañana he publicado una carta abierta a Cristina Cifuentes por su falta de respuesta a la agresión machista que protagonizó el alcalde de Alcorcón y diputado David Pérez. De recibo es dejar constancia de que ha respondido. Tarde (a las 19:55 de hoy lunes), pero sobre todo, tibia: ¿”Desafortunadas”, señora Cifuentes?En fin, que no se diga:1

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Mañana vuelvo aquí.

27/11/2016. Feministas que roban ceniceros de plata.

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