Colectivo Senda

Acabar con la mentira, acabar con el bloqueo a Cuba

10 de Abril de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Como diversas organizaciones sociales de Andalucíaacaban de recordarnos estos días, no han bastado que, durante 28 añosconsecutivos, ininterrumpidamente desde 1992, la Asamblea General de NacionesUnidas haya venido rechazando y exigiendo el levantamiento del BloqueoEconómico, Comercial y Financiero impuesto por EE.UU. a Cuba, y cuyo últimopronunciamiento, del pasado mes de octubre, contó con el apoyo de 187 países,lo que supone el apoyo prácticamente unánime de la Comunidad Internacional.Pocas cosas, añadimos nosotros, concitan en este mundo tan convulso tantaunanimidad como la exigencia de acabar definitivamente con una acción tanilegal, injusta, punitiva y vetusta como la que después de 60 años continúamanteniendo EE.UU. contra Cuba.

Lo cierto es que, lejos de ello, el Gobierno actual delos EE.UU. lo ha ampliado y endurecido, activando nuevas medidas que estánprovocando un daño irreparable a nuestro hermano pueblo cubano, con el que seestá cebando además en momentos extraordinariamente difíciles para el conjuntode la humanidad.

Hace ya algunos años, cuando Obama llegó a laconclusión del fracaso e inutilidad de la política estadounidense respecto aCuba y asumió el reto de reconducir progresivamente sus relaciones, caminandohacía la normalización de las relaciones diplomáticas, quedó meridianamenteclaro, y todos fuimos testigos de ello, que Cuba apostaba decididamente en lamisma dirección. Se reabrieron en ambos países las respectivas Embajadas, seordenaron diversos asuntos migratorios, y se relajaron algunos de los aspectosmás excéntricos del bloqueo. Fue la constatación más evidente de una de lasgrandes mentiras que durante años mantuvieron diversas fuerzas y personajes empeñadosen desacreditar a cualquier precio lo que Cuba representa; la de que parajustificar no se sabe muy bien qué “a Cuba no le interesaba el fin delBloqueo”.

Cayeron muchas caretas, y toda esa nueva situaciónabrió importantes expectativas y esperanzas dentro y fuera de Cuba, pero lallegada de Donald Trump a la Casa Blanca supuso, no sólo una paralización delcamino iniciado, sino la vuelta atrás a la política de confrontación y de agresionespermanentes, bajo el pretexto de nuevas mentiras que sólo desde el odio y la revanchapodrían entenderse.

Así, la Cuba que contribuye a la Paz en Colombia estachada nuevamente de “patrocinadora del terrorismo”; la Cuba que se vuelca conayuda médica en decenas de países, fundamentalmente con aquellos con menosrecursos, es acusada de “explotación y tráfico de seres humanos”, la Cuba querespeta al extremo el trabajo de las misiones diplomáticas en su territorio yla diplomacia de paz, es señalada con dedo acusador como “violadora de laintimidad y seguridad del personal diplomático estadounidense”.

Nada nuevo, mentiras y más mentiras de los mismos queabandonan el Acuerdo de París contra el cambio climático; rompen el AcuerdoNuclear con Irán; se desentienden de la UNESCO; levantan muros en México;amenazan a medio mundo con sanciones y agresiones belicistas; se prestan a ladesestabilización e invaden la soberanía e independencia de los países queconsidera enemigos; promocionan dentro y fuera de su territorio la industria armamentística;se retiran de los históricos acuerdos de eliminación  de mísiles nucleares de medio  y corto alcance; abren, día sí y día tambiénguerras comerciales contra China y otros competidores; provocan y maniobranindecentemente para impedir, de la mano de Israel, una salida digna al pueblo palestino.

Sin duda, una larga lista que haría interminable elartículo y que pone de manifiesto que el “asunto cubano” no es algo aislado ocasual, sino por el contrario forma parte de una lamentable cadena dedespropósitos de la actual administración Trump que está tensionando gravementeal mundo. En realidad, nos alineamos con aquellos que piensan que detrás detodo ello se encuentra un intento desesperado de los sectores más reaccionariosde EE.UU. por recuperar o ralentizar la pérdida de la hegemonía en diversos campos;algo que estamos convencidos que ya no se producirá. Es mucho lo que nosjugamos como humanidad y mientras antes lo asuman menos sufrimiento tendremosque soportar.
Llegadoa este punto bastaría con exigir lo obvio, acabar con las mentiras y con el Bloqueoa Cuba, que en esta grave pandemia que nos azota, sufre, producto de ello,infinitamente más la gravedad de la situación y sus dificultades semultiplican. Mientras tanto, aunque a muchos pueda sorprenderles, estamospresenciando como Cuba se esfuerza por colaborar con los países que le reclamansu presencia médica o el suministro de medicamentos que, a falta de la vacunadefinitiva, ayudan en buena medida a la recuperación de los afectados por elCOVID-19; todo un ejemplo de verdadera solidaridad que parte del principio que solidaridadno es dar lo que sobra sino compartir lo que se tiene.

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