Hace pocos días, se daba por hecho que la UE marcaba la fecha de caducidad para la producción de vehículos de gasolina y diésel. Se marcaba la fecha en el año 2035. Pero quedaba pendiente la última votación, antes de que mañana, martes 7 de marzo, se sellase por el Consejo Europeo.
Alemania ha liderado una postura crítica con la medida, junto a Italia, Hungría y Polonia, forzando un giro en los acontecimientos.
El argumento que Alemania ha puesto sobre la mesa se encuentra en la posibilidad de utilizar combustibles ecológicos para ser neutros en carbono en el año 2050. Este enfoque es más abierto y flexible, pues tecnológicamente se consideraría que los e-fuels son neutros, aunque emiten -poco- CO2, un punto que desde Alemania se quiere poner como posibilidad sobre la mesa.
Alemania, y sus aliados en esta batalla, quieren exigir garantías adicionales sobre la propuesta planteada para que los coches de combustión se puedan vender y utilizar más allá de 2035.
El portavoz de Suecia, que actualmente preside la UE por turno, ha confirmado que este debate se pospone hasta "su debido momento".