El primer ministro francés, Michel Barnier, acaba de hacer una concesión al partido de Marine Le Pen, Agrupamiento Nacional, abandonando los recortes que había planeado a los reembolsos de medicamentos. Ha sido una decisión desesperada, a última hora, después de que todos los partidos de la oposición anunciasen la presentación de una moción de censura para el próximo miércoles ante la propuesta de presupuestos del Ejecutivo para 2025.
Desde Reuters señalan que todavía no está claro que con esta cesión sea suficiente, pues aún quedarían otras cuestiones relevantes por resolver, por lo que la votación parlamentaria del miércoles tiene en vilo al primer ministro francés.
"Es algo bueno, sin duda", dijo Philippe Ballard sobre la última decisión de Barnier de ceder a las demandas de su partido.
"Pero hay otras" reivindicaciones, añadió, refiriéndose al hecho de que el partido de Marine Le Pen quiere que Barnier aumente las pensiones en función de la inflación.
Es, al menos, la tercera vez que Barnier cede ante las demandas del partido de Le Pen, después de que la semana pasara desechase el aumento del precio de la electricidad valorado en 3.000 millones de euros, y también cediese en la ayuda médica gratuita a los inmigrantes ilegales.
La situación el Ejecutivo francés es tensa, y en estos momentos su continuidad pende de un hilo. No es solamente la extrema derecha la que ha plantado cara a los presupuestos planteados por el primer ministro, sino que el marco de la izquierda y la extrema izquierda han anunciado su intención de bloquear al gobierno si continúa con su planteamiento.
Se pretende recaudar 60.000 millones de euros para frenar el creciente déficit público a costa de subir los impuestos, aumentar el coste de bienes de primera necesidad.
Esta tarde se someterá a votación el proyecto de ley de financiación de la seguridad social. Si los votos necesarios no se alcanzan, Barnier podría llegar a invocar el artículo 49.3 de la Constitución, una vía que le permitiría adoptarlo sin votación previa. Ante esta hipotética situación, los partidos de la oposición podrían presentar una moción de censura, incluso si Barnier invocase el citado artículo constitucional.
Una semana de máxima tensión en el Gobierno de Francia que se debatirá en una intensa negociación.