El holandés Mark Rutte asume hoy su cargo como Secretario General al frente de la Alianza Atlántica (OTAN). Toma el relevo de su predecesor, Jens Stoltenberg, que ha estado diez años al frente de la organización. Se prevé que haya algunos cambios, aunque sean sutiles, en el enfoque de la Secretaría General.
Hereda Rutte algunas cuestiones candentes que deberá abordar de inmediato, y serían cinco los puntos fundamentales de su gestión urgente:
La guerra en Ucrania
Se espera que Rutte mantenga el compromiso de Stoltenberg en el apoyo a Ucrania. Se plantea que su posición sobre Rusia viene ya marcada por el derribo del avión de pasajeros holandeses sobre el este de Ucrania en 2014, en el que hubo 200 víctimas mortales holandesas. El propio Rutte ha dicho públicamente en varias ocasiones que considera que Ucrania debería poder utilizar las armas occidentales contra Rusia sin ningún tipo de limitación. Y cuando fue primer ministro holandés, también puso a disposición de Ucrania los cazas holandeses F-16.
Países Bajos ha sido uno de los países europeos que mayor dotación económica ha destinado a Ucrania.
Donadl Trump
Se estima que será un desafío para la OTAN sin Trump gana las presidenciales en EEUU en noviembre. Las declaraciones que ya ha hecho el expresidente y candidato sobre la OTAN pueden suponer un quebradero de cabeza para Rutte, pues la intención de Trump es poner el foco sobre la Alianza, revisar su financiación y las campañas en las que actúa.
Trump y Rutte ya se reunieron en 2019 y en ese momento describieron las relaciones entre ambos países, que los dos presidían, como "las mejores" que habían tenido en la historia.
Financiación
Una de las tareas más delicadas y difíciles para Rutte va a ser, sin duda, mantener la financiación de la OTAN por parte de los miembros. Y aquí Rutte está débil, pues durante su mandato como primer ministro de Países Bajos, su presupuesto destinó el 1,2% de su PIB a defensa. Su predecesor en la Secretaría General hizo notables mejoras en la recaudación de fondos, algo que no está muy claro pueda sostener Rutte.
Hungría y Turquía
Entre los socios de la OTAN hay díscolos. Las posiciones de Hungría y de Turquía se han desmarcado del resto, sobre todo en la crisis de Ucrania y en la postura respecto a Rusia. Concretamente, Erdogan y Orgban han generado brechas en los últimos tiempos. Y las relaciones entre Rutte y los mandatarios señalados no son buenas.
Sirva como ejemplo, que Rutte chocó con Erdogán cuando prohibió la aparición de miembros del Gobierno turco en las elecciones de Países Bajos.
La OTAN y el mundo
Se recuerda que uno de los momentos más delicados del mandato de Stoltenberg fue la retirada de la OTAN de Afganistan, forzado por EEUU. Rutte ya no tendrá que encargarse de este asunto, pero deberá poner el foco en China, según los analistas. Y no contará en esta polarizacíón con el apoyo de Francia ni el de Alemania, previsiblemente.