Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre. En este caso, Ananá no sólo es la mejor amiga de Cayetana, sino que es una aliada para su tratamiento.
Cayetana tiene ocho años, es una pequeña andaluza, que nació con una patología que le impide valerse por sí misma. La llegada de Ananá a su vida ha mejorado notablemente la vida de "Caye", que ahora cuenta con una compañera que la ayuda a caminar, a sentirse más segura en los momentos de cambio que para ella son tan difíciles.
Ananá llegó a la vida gracias a la labor realizada por la anterior Comisaría de la Policía Nacional de El Ejido, que realizó una carrera para recaudar fondos de manera solidaria y poder hacer así posible el pago necesario. Los fondos fueron entregados a Dogpoint.
Cayetana da de comer a Ananá, camina junto a ella, y su compañera de cuatro patas es consciente en todo momento de los peligros que pueden hacerle daño a "su niña". La terapia con perros ha resultado ser una enorme ayuda, no solamente para sus "usuarios", sino para las familias, que ven en el perro cuidador un aliado para mejorar la vida de los más vulnerables.
A pesar de que existe legislación al respecto, como la Ley 11/2021, de 28 de diciembre, por la que se regulan los perros de asistencia a personas con discapacidad en Andalucía, Ananá está teniendo verdaderas dificultades para acompañar a Cayetana. Especialmente, y la que ha motivado la entrevista a su padre, David, es el acceso a su colegio.
Hemos hablado con el padre de Cayetana en la entrevista que puedes ver pulsando aquí.
Denuncia ante Inspección educativa
El pasado 12 de septiembre, la familia de Cayetana se vio obligada a remitir un escrito a la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Delegación Provincial de Almería. Específicamente, a la Inspección Educativa.
En el escrito, al que ha tenido acceso este diario, la familia solicita urgentemente que se aborde la situación que, por vulneración de los derechos de Cayetana, está afectando a su bienestar. Concretamente, la negativa de acceso por parte de la dirección del centro CEIP Madre de La luz con Ananás, a pesar de estar reconocido expresamente en la ley (artículo 10), ha sido el motivo.
En la carta, la familia explica que Cayetana tiene una discapacidad reconocida del 80%, y un grado III de dependencia, razón por la cual "está matriculada en el Aula específica según su dictamen de Escolarización".
Refieren que "con mucho esfuerzo y tras un largo periodo de espera", la familia ha obtenido "un perro de asistencia, tipo TEA, de nombre Ananá, raza labrador", que ha sido "entregado a la familia en noviembre de 2023" y es "fundamental para el desarrollo de la autonomía de Cayetana".
La familia denuncia que, "tras la llegada del perro, la directora del centro, prohibió el acceso al interior con el perro de asistencia". Explican que, tras quejarse por ello, se intentó explicar que se limitaba el acceso a los padres, no al perro. Una cuestión que quedó resuelta gestionando la recepción de la niña por una monitora.
Sin embargo, cuando el día 10 de septiembre acudió al colegio, los padres debían acompañar a Cayetana para entregar el material escolar en el aula. Al intentar acceder junto con Ananá, la directora del centro impidió de nuevo el acceso, según relata el escrito. En ese momento, los demás padres y madres accedían sin objeción al interior del centro, por lo que a la familia de Cayetana le quedaba claro que se limitaba el acceso por el perro.
Como se señalaba anteriormente, la ley regula expresamente estas situaciones. Concretamente, el artículo 10 establece las "normas de acceso a los medios de transporte y centros docentes". En él, en su apartado 5, puede leerse lo siguiente: "5. Los centros docentes llevarán a cabo aquellas medidas que faciliten la adaptación de su entorno a la presencia del perro de asistencia y que tengan el carácter de ajustes razonables según lo previsto en el artículo 66.2 del Texto Refundido de la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social."
Del análisis de este precepto, así como de la normativa en él citada, la familia de Cayetana expresa la vulneración de ambos. Remitiéndose a distintas leyes que protegen los derechos de las personas con discapacidad, todas ellas cubiertas y amparadas por la Constitución Española, en su artículo 9, en relación también con la Convención sobre los Derechos de Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, en su artículo 49.
Inspección educativa
Desde este medio nos hemos puesto en contacto con la inspección educativa que ha recibido este escrito. Se nos ha manifestado que están al corriente de la situación, y el padre de Cayetana ha recibido una comunicación verbal, en la que se le ha confirmado que se informará al centro sobre el cumplimiento de la ley.
Sin embargo, por el momento, no ha habido respuesta por escrito, y la familia espera que sus derechos se vean reconocidos.
Centros donde sí cumplen las normas
En otros centros de la localidad, sí que cumplen con la normativa, como es el caso del centro público de educación infantil y primaria "Luis Siset", en el que puede verse en la puerta de acceso la limitación a las mascotas, concretamente a los perros, pero sí dejando claro que para aquellos casos en los que se trate de perros de acompañamiento, el acceso está permitido según establece la ley.
El perro no es el único problema
Al abordar el acceso de Ananá, este diario ha podido constatar la situación en la que Cayetana se encuentra durante las horas de comedor escolar.
La niña es usuaria del comedor del colegio, que durante el periodo comprendido entre las 15.00 y las 16.00 horas, no cuenta con apoyo de un profesiona PETI para atender sus necesidades especiales. La explicación que los padres han recibido se encuentra en que durante este servicio de comidas que se presta por parte de una empresa contratada al efecto, no se considera que sea horario de docencia, por lo que la Administración no se considera obligada a facilitar el personal especial que Cayetana necesita para ser atendida.
El monitor que se ocupa de atender a los usuarios del comedor, no dispone (ni está obligado a ello) de la formación necesaria para atender las necesidades especiales de los alumnos con discapacidad como Cayetana. Y la situación que se genera es que no puedan recibir el cuidado pertinente, ocasionando, como ha sucedido recientemente, que Cayetana llegue a casa con signos evidentes de desatención. Algo que ha alarmado a los padres ante el riesgo que para la integridad de la niña puede esto suponer.