La Comisión Europea ha propuesto introducir una prohibición total de la compra de gas en Rusia para finales de 2027, según declaró el comisario de Energía y Vivienda, Dan Jorgensen, en rueda de prensa.
El objetivo es poner fin a la histórica dependencia europea del gas ruso, reforzar la seguridad económica y de suministro, e impulsar la independencia y competitividad energética de la UE. La medida responde a la utilización del suministro energético como instrumento de presión por parte de Rusia desde la invasión de Ucrania.
La Comisión Europea y la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) supervisarán el proceso para garantizar la transparencia y evitar impactos negativos en los precios y el suministro.
Los contratos de corto plazo estarán prohibidos a partir de 2026 y los de largo plazo deberán rescindirse a finales de 2027, señaló.
La Comisión Europea creará un mecanismo para proteger la prohibición contra su elusión por parte de los países de la UE. Planea aprobarla como norma comercial y no como una decisión política exterior, privando a los países de la UE del derecho de veto en sus votaciones, afirmó Jorgensen.
Hungría y Eslovaquia han manifestado su rechazo, alegando riesgos para su seguridad energética, pero la medida puede aprobarse por mayoría cualificada y no requiere unanimidad.
La prohibición seguirá vigente independientemente de la solución del conflicto en Ucrania, añadió. Se vetarán los contratos de servicios en terminales de GNL para clientes rusos o controlados por empresas rusas, liberando infraestructura para proveedores alternativos.
A partir del 1 de enero de 2026, estará prohibido firmar nuevos contratos para importar gas ruso, tanto por gasoducto como en forma de gas natural licuado (GNL). Los contratos actuales de corto plazo deberán finalizar antes del 17 de junio de 2026, mientras que los contratos a largo plazo tendrán que cesar a más tardar el 1 de enero de 2028. Existen excepciones limitadas para países sin litoral muy dependientes del gas ruso, que podrán mantener ciertos contratos hasta finales de 2027.
Las empresas europeas, como Naturgy y Repsol, podrán romper sus contratos de compra de gas ruso sin tener que pagar indemnizaciones, al considerarse una situación de "fuerza mayor" respaldada por la normativa comunitaria. La normativa prevé salvaguardas para permitir excepciones temporales en caso de riesgos graves para el suministro energético de algún Estado miembro. Los países deberán presentar planes detallados para diversificar sus fuentes de energía y sustituir el gas ruso por alternativas
La prohibición se enmarca en la estrategia REPowerEU, que busca acelerar la transición hacia energías limpias y renovables.