El complemento por brecha de género en las pensiones, creado para paliar las desigualdades que afectan a las mujeres en su vida laboral y, por tanto, en sus pensiones, se enfrenta hoy a un futuro incierto. Una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha sacudido los cimientos de esta medida al declarar que el diseño actual discrimina a los hombres. Desde entonces, muchos padres han comenzado a reclamar el cobro de este plus, lo que, de no reformarse la normativa, podría tener una consecuencia paradójica y alarmante: que sean las madres quienes lo pierdan.
El fallo judicial, emitido el pasado 15 de mayo, considera que el actual complemento no cumple con el principio de igualdad recogido en la Directiva 79/7/CEE, al exigir a los hombres requisitos adicionales que no se imponen a las mujeres. Aunque esta diferencia de trato respondía a la intención de corregir una desigualdad estructural, el tribunal europeo ha interpretado que no puede mantenerse tal y como está.
Una medida pensada para corregir desigualdades
Este complemento fue aprobado en 2021 por el Gobierno español como una medida específica para compensar la brecha de género en las pensiones. Sustituía al anterior complemento de maternidad, también declarado discriminatorio por Europa en 2019. La fórmula actual añade a la pensión 35,90 euros mensuales por cada hijo o hija, hasta un máximo de cuatro.
Aunque en teoría lo pueden cobrar tanto madres como padres, la ley exige que los hombres demuestren que su carrera laboral se ha visto perjudicada por la paternidad, algo que no se exige a las mujeres. Además, solo uno de los dos progenitores puede recibir el complemento por cada hijo, y se otorga a quien tenga la pensión más baja.
El objetivo era claro: corregir una situación desigual. Pero ahora, esta diferencia de requisitos es lo que ha llevado a Europa a declarar la medida discriminatoria. Y el resultado podría ser muy distinto al esperado.
Sindicatos en alerta: "Podría retirarse a las madres"
Desde que se conoció la sentencia, los sindicatos han encendido todas las alarmas. “El fallo permite que los padres que accedieron a pensión desde febrero de 2021 lo reclamen. Y si no se cambia la ley, en muchos casos esto podría implicar que las madres dejen de cobrarlo”, explica Carlos Bravo, secretario confederal de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO.
En efecto, si el padre tiene una pensión más baja, la norma actual dicta que será él quien reciba el complemento, aunque la madre ya lo esté cobrando. Esto afectaría a casos como los de hombres con pensiones de incapacidad permanente y mujeres con pensión de jubilación. En esos casos, se daría la insólita situación de que el complemento, ideado para reducir la desigualdad femenina, termine eliminándose para las mujeres.
“La norma tiene que adaptarse ya. Si no, corremos el riesgo de desmantelar una medida que protege a casi 902.000 mujeres”, denuncia Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT.
El silencio del Gobierno inquieta
Desde el Ministerio de Seguridad Social se han limitado a señalar que “se está analizando la sentencia y sus implicaciones”, sin anunciar medidas concretas. Un mensaje de tranquilidad enviado en mayo aseguraba que quienes ya cobren el complemento “seguirán haciéndolo”, pero ni sindicatos ni expertos jurídicos comparten esa seguridad.
Miguel Arenas, abogado del Colectivo Ronda especializado en derecho laboral, lo deja claro: “Con la ley tal como está, la administración solo puede reconocerlo al progenitor con menor pensión. Si es el padre, la madre lo pierde, incluso si ya lo está cobrando”.
Este escenario abre una nueva incertidumbre para muchas mujeres pensionistas, que ven cómo una sentencia pensada para garantizar la igualdad podría terminar castigándolas a ellas.
Reforma urgente para no repetir errores
Tanto CCOO como UGT reclaman una reforma legal “inmediata” que evite que los derechos ya adquiridos por las madres sean revocados. Proponen blindar el complemento para las mujeres que lo reciben desde 2021 y modificar el texto legal para adaptarlo a la directiva europea sin eliminar el objetivo original: corregir la brecha de género.
Los sindicatos recuerdan lo ocurrido con el anterior complemento de maternidad: la lentitud del Gobierno en reaccionar tras la sentencia europea provocó un vacío legal durante más de un año, dejando a muchas personas en el limbo y obligando a los tribunales a intervenir. En algunos casos, incluso se concedieron indemnizaciones de hasta 1.800 euros a los padres afectados.
No quieren que esa historia se repita. “La brecha de género en las pensiones es real y persistente. No podemos permitir que, por falta de reacción, una medida para corregir esa desigualdad desaparezca o se vuelva ineficaz”, advierte Carlos Bravo.
Una oportunidad para hacerlo bien
A pesar del revuelo, este momento también puede ser una oportunidad. Reformar el complemento para cumplir con Europa no significa abandonarlo. De hecho, puede ser el momento de diseñar una herramienta más justa, transparente y eficaz.
“Tenemos que asegurarnos de que la adaptación no signifique retroceder, sino avanzar en igualdad”, concluye Luján. Para ello, es clave actuar rápido y con responsabilidad.
Porque si algo está claro es que, sin una reforma urgente, el complemento por brecha de género corre el riesgo de convertirse en otra pieza más de un sistema que, en vez de corregir la desigualdad, termina perpetuándola. Y eso, ni Europa ni España pueden permitírselo.