Condenados dos tenientes coroneles del Ejército por el caso de las adjudicaciones a la empresa Ucalsa

05 de Diciembre de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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soldados españoles afganistan
La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha condenado a 24 meses de prisión a dos tenientes coroneles de Intendencia por un caso de corrupción en el Ejército español en el que se han detectado supuestos sobornos, comisiones, regalos como coches de alta gama y entradas para eventos deportivos, nepotismo y adjudicaciones a empresas al margen de la legalidad. En el fallo se castiga también a varios empresarios que participaron en la oscura trama.El Alto Tribunal, en su sentencia del pasado 28 de mayo, resuelve el recurso de casación interpuesto por ambos militares y confirma la sentencia dictada por el Tribunal Militar Central el 19 de abril de 2018, la conocida como Causa 2/02/15. Según la resolución, a la que ha tenido acceso Diario16, ha quedado acreditado que el teniente coronel “Arsenio” (así lo cita la sentencia del tribunal militar para preservar su anonimato) conoció en el año 2001 a “Carmelo”, director general y miembro del consejo de administración de Unión Castellana de Alimentación (Ucalsa). Esta empresa era ya por entonces contratista de la Administración Militar, efectuando suministros en zonas donde operaban contingentes militares desplegados en misiones internacionales en diversas partes del mundo. “En un momento específicamente determinado en los años 2012 y 2013,  el empresario “Carmelo” fue presentado por ‘Arsenio’ al teniente coronel ‘Augusto’ [nombre en clave del otro militar sentenciado] y los tres comieron juntos en varias ocasiones. Ambos mandos de alta graducación, “con intención de beneficiarse de ello”, proporcionaron a Ucalsa “consejos, información y ayuda en relación con expedientes de contratación del Ejército de Tierra y del Ministerio de Defensa”.A su vez, en el segundo semestre de 2010 el teniente coronel al que la sentencia da a conocer como “Arsenio” desempeñaba una comisión de servicio en la Base de Quala i Naw (Afganistán) como jefe de la Sección Económico Administrativa. Según la sentencia, en los días 21 y 28 de septiembre de ese año mantuvo contacto a través del correo electrónico con el empresario directivo de Ucasla, entre otros, “haciendo uso de la información que le proporcionaba su puesto y de su experiencia en materia de contratación pública en relación con la adjudicación de los contratos” de mantenimiento de la base militar, construcción del módulo de vida número 13, instalaciones de peluquería y gimnasio, todos ellos en la base, para favorecer a esta empresa.Mientras tanto el otro implicado, el teniente coronel ‘Augusto’, por entonces destinado en el Cuartel General del Ejército, también iba a entrar en el oscuro asunto. En los primeros meses de 2015, y a través de la aplicación Pop Net, en la que “continuaba indebidamente de alta por razón del destino que había desempeñado en el Ministerio de Defensa”, supo que estaba próximo a producirse el anuncio del contrato de cafetería en dicho ministerio y comunicó la noticia por teléfono al gerente de Ucalsa, “por si pudiera ser de interés para la empresa”. Fue entonces cuando “Carmelo”, en calidad de director general de la compañía, encargó a un tal “Carlos Antonio”, encargado de las cuentas de restauración colectiva de la empresa, que se reuniera con el teniente coronel “Augusto”, cosa que hizo en marzo de 2015 en el Cuartel General del Ejército. Durante el encuentro, “Carlos Antonio” dijo al teniente coronel que para saber si el concurso sería de interés para su empresa necesitaba la “relación del personal actualmente empleado y su situación”. Además, el militar le entregó los pliegos del anterior expediente de contratación de la cafetería del Ministerio de Defensa y la relación del personal que trabajaba en ella, al servicio de la contratista.“Carlos Antonio”  hizo llegar toda esta documentación a Ucalsa y el 28 de abril el teniente coronel “Augusto” mantuvo con él una conversación telefónica para hablar del asunto, durante la cual el empleado de Ucalsa le indicó que el contrato no era de interés para la empresa, porque al existir en la cafetería “personal con mucha antigüedad”, los costes “se disparaban”. A esto, el teniente coronel “Augusto” contestó que “si no puede ser, pues no puede ser”, y a continuación informó al encargado de las cuentas de Ucalsa de que acababa de publicarse “otro concurso relativo a servicio de comedor y cafeterías del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial”, organismo autónomo del Ministerio de Defensa, por si interesaba a la empresa. El empleado respondió a la segunda propuesta que “lo valorarían”.Como contrapartida por estos servicios “Carmelo”, en calidad de directivo de Ucalsa, dispuso a petición del teniente coronel “Arsenio” la contratación del hijo del militar, “Constancio”, como empleado de Ucalsa con la categoría de conductor y un salario bruto de 12.000 euros mensuales desde el 1 de julio de 2010. A partir del 4 de octubre de ese año, el contratado pasó a ser en la misma empresa “coordinador de comidas a domicilio” con un salario bruto de 1.203 euros al mes.Pero no quedaron ahí los enchufes y sobornos. A solicitud del teniente coronel “Augusto”, el gerente invitó a este a varios eventos deportivos “en momentos no específicamente determinados”, y le hizo entrega de 20.000 euros a través de transferencia bancaria a la cuenta corriente del teniente coronel. Esta operación fue efectuada el 26 de noviembre de 2013 por “Doña Palmira”, secretaria del consejo de administración de Ucalsa.  El directivo de la compañía “restituyó posteriormente dicha suma a Doña Palmira”, asegura la sentencia. “Aunque se disfrazó de préstamo simple sin interés, se trató de un pago que el teniente coronel no tenía que devolver ni devolvió, destinándolo, en cambio, a abonar parte del precio de un automóvil marca Audi, modelo A5 Sportback, que adquirió el 27 de noviembre de 2013 por un precio total de 43.777 euros. Para ello suscribió con Volkswagen Financial Services un contrato de financiación de la parte restante. “Este automóvil fue intervenido por disposición del Ilmo. Señor Juez instructor y finalmente depositado en posesión de su titular, el teniente coronel “D Augusto”, según aclara la resolución de la Sala Militar del Supremo.
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