¡Corrupción en el Ejército!: el cabo Santos y Margarita Robles

26 de Mayo de 2020
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El cabo Marco Antonio Santos ha sido definitivamenteexpulsado del Ejército tras no prosperar el recurso de alzada contra ladecisión del Jefe del Estado Mayor que le acusó de dos faltas muy graves poremitir opiniones públicas que iban en contra de lo indicado en las leyes querigen la neutralidad política y sindical de los militares. Sin entrar en elasunto concreto de si la libertad de expresión reconocida en la Constituciónprevalece sobre estas normativas, sobre todo cuando muchas de las acusaciones yafirmaciones realizadas por el cabo eran en defensa de una democracia máscompleta que la que hay ahora en España, la realidad es que Santos dejó abiertauna espita muy importante que Margarita Robles está obligada a continuar.

En concreto, el cabo denunció la corrupción en el Ejércitoal acusar a varios altos mandos militares de malversación del dinero de lacomida de los militares. Ahí no se trataba de la opinión sino de un hecho queha sido condenado por el Tribunal Supremo y que debería abrir la vía para queDefensa pusiera en funcionamiento todo el aparato investigador del Estado,dejando fuera a la inteligencia militar, por supuesto, para desentrañar lastramas corruptas que existen en las Fuerzas Armadas.

En referencia al tema denunciado por el cabo Santos sobre lacomida de los militares, una sentencia del Tribunal Supremo detalló cómo dostenientes coroneles se dejaron corromper a cambio de mediar en lascontrataciones para instalaciones militares y fueron condenados a dos años deprisión. Esta trama de corrupción estaba relacionada con la adjudicación decontratos a empresas privadas de mantenimiento militar a cambio de regalos,comidas y comisiones. La causa estaba relacionada con la empresa Ucalsa que,según la sentencia, utilizaba un mecanismo con el que se dejaban corromper losaltos mandos no se diferenciaba demasiado de escándalos recientes como la tramaGürtel.

Según la sentencia, uno de los mandos condenados, «haciendouso de la información de la que como jefe de la Sección EconómicoAdministrativa disponía, amén de su experiencia en contratación pública,mantuvo contactos por correo electrónico» con al menos dos empleados de Tecnovey con uno de los directivos de Ucalsa para tratar sobre la «adjudicaciónde los contratos de mantenimiento de la base militar» española en Quala i Naw.En concreto se trataba de la «construcción del módulo de vida número 13 en elacuartelamiento, del servicio de peluquería, mantenimiento, limpieza y gestióndel gimnasio». El contrato debía favorecer a Tecnove, que finalmente se viobeneficiada por la adjudicación de los pliegos administrativos.

Esta sentencia del Supremo relacionada con Tecnove y Ucalsa nohubiera sido posible si la instrucción la hubiese llevado un tribunal togadomilitar.

Por esta razón, Margarita Robles tiene una oportunidad queno se le ha presentado a muchos ministros o ministras de Defensa: limpiar elEjército de corruptos. Las Fuerzas Armadas dan un ejemplo diario de entrega alpueblo y lo han hecho en la actual crisis sanitaria. Sin embargo, la buenaimagen no se puede romper con tramas de corrupción como la sentenciada por elSupremo. Robles lo puede hacer, sólo falta la voluntad de poner los mediosadecuados para hacerlo.

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