En Burdeos debutaban dos selecciones que nunca habían jugado una Eurocopa. No se esperaba un partido muy entretenido, como así ocurrió, ya que las dos selecciones tienen en la táctica y en sus entramados defensivos sus puntos fuertes. Sin embargo, hay algo que diferencia a Eslovaquia de Gales: los primeros no tienen una estrella de nivel mundial. Los galeses tienen a Garet Bale.En el minuto 10, en una falta al borde del área, el galés del Real Madrid marcó el primer gol de Gales en una Eurocopa, un gol de su propio estilo, que contó con la inestimable ayuda del portero eslovaco. No están brillando los guardametas en este torneo.A partir de ahí Gales hizo lo que mejor sabe hacer: defender y esperar el fallo del rival para salir a la contra. Eslovaquia se veía obligada a hacer lo que no sabe hacer: tener la iniciativa del juego y se notó porque no puso en problemas a los galeses. Ni el buen juego de Hamsik ni de Kucka ponía en peligro a Ward, el portero que sustituyó a última hora al titular Henessey por los problemas de espalda de éste.En el segundo tiempo la cosa parecía que no iba a cambiar. En este escenario Bale no podía brillar porque no le llegaba el balón de manera clara, además de que, a medida que iba pasando el tiempo, se notaba que no está en su mejor forma física. No obstante, Eslovaquia no se rindió y en el minuto 65 empató con un gol de Duda, quien no llevaba ni un minuto en el campo. A partir de aquí comenzaron los mejores minutos de Eslovaquia aunque no creó oportunidades claras.Cuando faltaban cinco minutos para el final, el delantero galés Robson Kanu, que había entrado para aprovechar su verticalidad, marcó el segundo gol. Los galeses intentaron cerrar el encuentro pero se encontraron con un cabezazo de Nemec al larguero.Un partido cerrado, un partido feo, un partido histórico para Gales.
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