Dinamarca está desplegando drones flotantes en el Mar Báltico para proteger la infraestructura submarina y reforzar la vigilancia marítima en medio de la creciente amenaza de ataques híbridos de Rusia, según acaba de informar el diario británico The Guardian.
La llegada de Saildrone, empresa con sede en California, ha provocado críticas en Dinamarca por querer estrechar lazos con Estados Unidos en un área tan sensible como la seguridad digital. La reacción se produce en medio de alianzas que cambian rápidamente, después de que Donald Trump amenazara con apoderarse de Groenlandia, que es parte del reino danés.
La empresa ha colaborado previamente con la Armada estadounidense, que utilizó sus buques para combatir el narcotráfico y la pesca ilegal. Su llegada a Dinamarca marca la primera vez que se utiliza con fines de defensa en aguas europeas.
“El propósito de Saildrone es proporcionar ojos y oídos donde antes no los teníamos”, afirmó Richard Jenkins, director ejecutivo de Saildrone.
Saildrones
Las embarcaciones no tripuladas de 10 metros, conocidas como "saildrones", se asemejan a veleros, pero están diseñadas exclusivamente para recopilar datos. Mediante inteligencia artificial integrada, los saildrones recopilan datos mediante múltiples sensores, cámaras y radares para generar una imagen más detallada de la actividad marítima que la que pueden proporcionar los satélites, según detalla The Guardian.
Los saildrones pueden usarse para verificar la identificación de los buques y marcar movimientos inusuales que puedan indicar un sabotaje submarino de oleoductos o cables de datos.
Las fuerzas armadas danesas están desplegando cuatro saildrones en el Báltico para realizar pruebas operativas para mejorar su capacidad de vigilancia marítima y recopilación de inteligencia.
Los drones flotantes pueden funcionar con diésel, energía eólica y solar y pueden permanecer en el mar durante más de un año, pero su tiempo de despliegue promedio es de 100 días. Se necesitarían entre 10 y 20 saildrones para cubrir todo el Báltico.