El sector ultra de la Iglesia católica compra el discurso de la extrema derecha

Un cura navarro asegura que no puede ser que haya un pueblo con un 40 por ciento de población musulmana

04 de Septiembre de 2024
Actualizado a las 9:39h
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El cura Planillo en una imagen de archivo.
El cura Planillo en una imagen de archivo.

En medio de las celebraciones locales en Cascante, Navarra, el sacerdote Jesús Planillo ha generado una fuerte polémica tras criticar durante su homilía las ayudas públicas a inmigrantes, vinculándolas con la disminución de la asistencia a misa. El incidente tuvo lugar en la Basílica del Romero, durante la misa principal de las fiestas de la localidad. Planillo, quien recientemente visitó varias parroquias en Andalucía, compartió su preocupación al observar una notable reducción en el número de fieles que acuden a la iglesia, relacionándolo con el crecimiento de la población musulmana. "En un pueblo de 15.000 habitantes, con tres colegios y un instituto..., y un cuarenta por ciento de la población musulmana, y no tengo nada contra los musulmanes... Pero resulta que ahora son cuarenta las personas que van a misa el domingo cuando antes se llenaba la iglesia. Es lamentable, ¿verdad?", expresó, según el Diario de Navarra.

Planillo no representa a la Iglesia, solo se representa a sí mismo, y viendo cómo se expresa, hasta dudamos de que sea capaz de hacerlo. Sin embargo, nos engañaríamos si no reconociéramos que en la Iglesia católica española más añeja y rancia, en el nacionalcatolicismo, hay un amplio sector conservador que ha comprado el mismo discurso xenófobo sobre la inmigración que promociona la extrema derecha de Vox, Alvise, Ayuso, Albiol y compañía. Y no solo en el complejo asunto del flujo de personas de un continente a otro, también en al aborto, también en la guerra cultural, también en cuestiones de educación sexual y feminismo.

Hay, por tanto, una Iglesia franquista que no hizo la Transición y que de vez en cuando esgrime, sin pudor, un discurso contra el actual papa, Francisco I, al que consideran un rojo peligroso. Es la misma Iglesia guerracivilista que se subía a los púlpitos en la Segunda República para defender la doctrina de la fe cuando el Gobierno trataba de impulsar una educación laica y aconfesional en todo el Estado. El golpe de Franco del 36 no hubiese sido posible sin declaraciones como las del cardenal Isidro Gomá, quien tras el alzamiento definió la rebelión militar como un conflicto entre "España y la anti-España, la religión y el ateísmo, la civilización cristiana y la barbarie". La guerra no solo fue política, también fue una cruzada religiosa, al estilo medieval, instigada por los más duros de la curia.

El sacerdote fue más allá al señalar que, en otro pueblo cercano, la proporción de población musulmana alcanzaba el 60%, lo que, según él, obligaba a muchas familias a abandonar sus barrios. "Los poderes públicos dan toda clase de facilidades a los inmigrantes..., que me parece muy bien. ¿Y los nacionales?", cuestionó, desatando murmullos entre los asistentes.

Ante la creciente incomodidad entre los feligreses, el párroco de Cascante, Francisco Javier Aramendía, intervino discretamente, susurrando unas palabras a Planillo, quien intentó rectificar su mensaje. "No trato de ofenderos. Sois mi pueblo. No he venido a eso", afirmó. Sin embargo, Planillo insistió en su posición, justificando que sus palabras buscaban enseñar "las disposiciones que Dios nos enseña para curarnos el corazón".

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