En manos de la CUP, la cárcel y Bruselas

Los mercados han hablado antes que los políticos en el día después del enésimo día clave para el futuro de Cataluña. Y lo han hecho con cifras en rojo y plegando velas por enésima vez. El capital es siempre temeroso a escenarios políticos inciertos y tenebrosos, como el que se avecina ahora tras el nuevamente multifragmentado Parlamento catalán que han arrojado las urnas.El Ciutadans de Inés Arrimadas ha ganado de forma contundente las elecciones catalanas, pero no podrá gobernar en un 99 por ciento de las opciones posibles. El 1 por ciento restante queda al albur de la diezmada CUP, que ha perdido seis diputados de los diez que obtuvo en 2015, y de las posibilidades de que los cinco candidatos electos huidos en Bruselas (Carles Puigdemont, Clara Ponsatí, Toni Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret) y los tres encarcelados (Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn) puedan delegar su voto en la constitución del nuevo gobierno autonómico.Todos ellos podrán tomar posesión de sus actas de diputados pero no pueden delegar el voto, opción solo prevista en casos de maternidad o paternidad, hospitalización, enfermedad grave o incapacidad prolongada debidamente acreditadas. De este modo, de los 70 diputados independentistas electos solo 62 podrán ejercer su derecho en la investidura del nuevo president catalán, un número muy alejado de los 68 que marcan la mayoría absoluta.Otra posible opción pasaría por una abstención de los ocho diputados de CatComú-Podem, que seguirían superando a los 57 que suma el bloque constitucionalista (Ciutadans, PSC y PP)El candidato de la CUP, Carles Riera, por su parte, ha condicionado el apoyo a la investidura del líder de Junts Per Catalunya, Carles Puigdemont, a un compromiso para “construir la república”.Esta cita autonómica, que los independentistas han planteado a modo de consulta plebiscitaria sobre la secesión de Cataluña ha arrojado un dato muy ajustado pero en contra de la independencia, pese a que las fuerzas secesionistas superan en escaños a los constitucionalistas encabezados por la ganadora de las elecciones.Con el 99,8% de los votos escrutados, un total de 2.212.871 catalanes son contrarios a la independencia y 2.063.361 apuestan por la secesión. En total, 149.510 votos de diferencia a favor de la permanencia en España.