El deporte a veces sí es justo. Lo que nos había privado con chascos como lo ocurrido con Rahm, Niko Shera o Paula Badosa, lo devuelve hoy con Fátima Gálvez y Alberto Fernández. La cordobesa y el madrileño han conseguido el oro olímpico en la modalidad mixta por equipos de trap, en tiro olímpico. Un broche perfecto a una carrera que bien merecía algo así. No en vano, ambos han sido campeones del mundo. Alberto Fernández se quedó ayer a las puertas de la final individual. Concretamente a un tiro. A un plato. Esta vez sí consiguió la medalla que faltaba en el palmarés de ambos. El metal que rozaron en Río.
En la fase de clasificación, que se ha disputado esta misma mañana en el Asaka Shooting range de Tokio (donde se realizan todas las modalidades de tiro), Fátima y Alberto destrozaron 148 de 150 platos. Rozando la perfección. Cabe recodar que estos platos vuelan a algo más de 100 kilómetros por hora, y son lanzados a 15 metros del foso. La precisión ha de ser brutal. Milimétrica. La concentración que demostraron los tiradores españoles desde el principio fue colosal. Pasaron primeros a la final, empatados con los sanmarinenses Alessandra Perilli y Gian Marco Berti.
El desenlace perfecto
En el cara a cara con los tiradores de San Marino, Gálvez y Fernández estuvieron inconmensurables. La calma y el tino les llevo al escalón más alto del pódium. Consiguieron derribar 41 de 50 platos. 40 sus contrincantes. 24 Alberto y 17 Fátima. El madrileño rozó el pleno, como ya hiciera en la clasificación de esta mañana, y en la individual de ayer.
Al fin sonó el himno español en Tokio. Si alguien lo merecía eran Fátima Gálvez y Alberto Fernández. Toda una vida para este momento. Ya tenemos la cuarta medalla que se nos resistía tanto, y el primero oro. Esperemos que esto sea el principio de un gran final de Juegos Olímpicos.