Hoy, 14 de abril, celebraríamos oficialmente el 85 aniversario de la proclamación de la República en España, pero no se hará con fastos oficiales, se celebrará en las calles con la reivindicación de los que nos sentimos republicanos y republicanas.¿Y por qué? ¿por qué en España algo tan obvio, tan democrático como querer que el jefe del Estado sea elegido por sufragio universal parece ser una utopía, algo que ni se puede plantear para la mayoría de nuestros representantes? La respuesta es estremecedora, no hay república en España porque un golpe de Estado fascista en aquel 1936 nos condujo a una guerra civil, a una cruel represión, a una dictadura de 40 años y a una reinstauración, instauración de una nueva monarquía le gustaba decir al dictador Francisco Franco, que nos marcó por su sanguinaria voluntad la jefatura del Estado, y encima hereditaria.Hoy se cubrirían nuestras calles de banderas tricolores, banderas que no diríamos republicanas, sino sencillamente españolas, y sería la bandera del pueblo, como lo es la portuguesa, que también cambió su bandera cuando instauraron la república en el país vecino, o como es la alemana, que también varió a lo largo de la historia. Las banderas son símbolos y la tricolor lo es de España de la Repúblca y de la libertad.Y seguimos viendo por qué no hay república en España, y vemos la traición de las llamadas democracias europeas, aparte de la cobarde no intervención en la guerra civil. Después se permitió que un régimen filonazi continuara campando a sus anchas tras la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial, cuando se tenía que haber derrocado al tirano y haber vuelto a la normalidad democrática, a la República, pero la sangre de los republicanos españoles que ayudaron a la libertad de Europa parece que no bastó para que se prefiriera una dictadura en España por parte de los vencedores de la Guerra Mundial, ay, la pérfida Albión no fue tan pérfida para Franco y sí para la democracia y la república en nuestro país.Al final , como dejó escrito el tirano, tuvimos un rey. Tenemos el raro honor, deshonor más bien, de ser un país en el que se reinstaura una monarquía tras una dictadura cuando se tuvo una república, y aquí ni referéndum ni nada, simplemente votar una Constitución amañadita para que no se pudiera al menos votar por una opción u otra, y a dorar la píldora al monarca como artífice de las libertades y la democracia en España, cuando la democracia fue usurpada, asesinada y, con ella, tantos españoles y españolas por defender la democracia, la libertad y lo que encarna estas palabras: República.
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