Interpol pide a Abu Dabi la detención del comerciante de armas que se deja ver con el rey emérito

19 de Enero de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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El rey emérito en una imagen de archivo.

La Interpol ha pedido a Abu Dabi que se detenga de forma inmediata al mercader de armas hispano-libanés Abdul Rahman El Assir, que se encuentra en busca y captura internacional desde 2019 por no presentarse a un juicio por defraudar 14,7 millones a la Hacienda española, según informa El País este miércoles. El comerciante, de 71 años, lleva meses viviendo en la capital de Emiratos Árabes Unidos y es uno de los acompañantes habituales del rey emérito, Juan Carlos I.

Se desconocía su paradero desde que rechazó comparecer ante la Justicia española en 2018 hasta que una investigación de El País reveló las visitas de Abdul Rahman El Assir a la residencia en Abu Dabi del emérito, citando testigos presenciales.

La orden de Interpol para solicitar a las autoridades que se le localice y detenga a la espera de extradición ha sido tramitada por la oficina de esa organización en Madrid después de que la Brigada de Fugitivos de la Policía Nacional activara los canales de cooperación internacional tras la información de El País.

La oficina de Interpol en la capital de Emiratos Árabes Unidos ya ha trasladado la notificación a la Policía de ese país. En España, la Fiscalía pide que se le condene a ocho años de cárcel y el pago de casi 90 millones.

La amistad entre ambos es pública y se remonta a los años ochenta. Según informó El País, preguntados por las visitas del comerciante al emérito desde la Casa Real respondieron que las actividades privadas de Juan Carlos I no dependen de esta institución y su abogado, Javier Sánchez Junco, rechazó hablar.

Abdul Rahman El Assir, también perseguido por la Justicia francesa, fijó en Suiza su residencia en los dos últimos años. En ese país, debe 2,2 millones de euros en impuestos, según cuenta el medio Bergen Zeitung y cita El País.

La acusación pública considera que este acompañante de Juan Carlos I ocultó de manera consciente ganancias de más de 31 millones de euros, al igual que no hizo la declaración de la renta. Por eso, pudo no pagar 12,03 millones en 2002 y un año después, 2,7.

Desde el Tribunal Superior de Justicia de Madrid han expresado al citado medio que “la orden de detención sigue vigente”, por lo que “cuando se localice” se le pondrá a disposición de los jueces.

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