Dos meses de gestiones anti eutanasia en la Comunidad de Madrid, un derecho de los españoles gracias a la ley aprobada en el Parlamento el pasado mes de marzo, han prolongado el sufrimiento innecesario de Javier Serrano, el enfermo de ELA, desahuciado, que ha tenido que esperar por decisión del equipo de Isabel Díaz Ayuso hasta ayer para, al fin, poder descansar.
Serrano fue ayer la primera persona en recibir la eutanasia en Madrid, tras formalizar la petición en agosto. Sin embargo, la comisión del Gobierno de Ayuso, que tiene que dar paso a esta autorización, ha tardado en evaluar su caso.
Así, hasta ayer no fue posible practicar la eutanasia a este paciente de ELA. En estos meses de demora, profesionales sanitarios han denunciado la situación ante lo que consideraba un fraude de ley.
En varios medios de comunicación, Serrano pidió que le dejaran morir en paz en base a la Ley de Eutanasia.
Comisiones de garantías
Según la Ley de Eutanasia, todas las comunidades están obligadas a crear comisiones de garantías y evaluación, pero Andalucía y Madrid lo han demorado todo lo posible hasta esperar seis meses para su puesta en funcionamiento.
Tal y como informóDiario16 tras la aprobación de la Ley de Eutanasia, la ayuda a morir podrá ser recibida por aquellas personas que tengan nacionalidad española, residencia en España o un certificado de empadronamiento superior a 12 meses de antigüedad. Deben ser mayores de edad, y tener uso de sus plenas facultades mentales en el momento de redactar su testamento vital.
Además, deben acreditar padecer una enfermedad grave e incurable, que tenga asociado un sufrimiento físico o psicológico constante e intolerable y un pronóstico de vida limitado.
Puede darse también el caso de aquellas personas que padezcan de manera grave, crónica o imposibilitante una situación de limitación que no le permita llevar una vida autónoma, valerse por sí misma y tenga afectada su capacidad de expresión y relación, asociado a un sufrimiento físico o psicológico constante e intolerable para quien lo padece.