En la política de los Estados Unidos no se puede hablar de progresismo y conservadurismo. Tanto el Partido Demócrata como el Republicano parten desde lo que en Europa se denomina el centro derecha y alcanza a la extrema derecha. No hay izquierda o progresismo, salvo versos sueltos como Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez o Elizabeth Warren.
En estas próximas Elecciones Presidenciales del 5 de noviembre lo que sí habrá será una lucha respecto a cómo cada uno de los candidatos a la Casa Blanca ha tratado a las grandes entidades bancarias.
Harris se enfrentó a los bancos
Kamala Harris no oculta cómo se enfrentó a las grandes entidades financieras tras la crisis de 2008, cuando era la fiscal general de California. Según afirmó ella misma, «me enfrenté a los grandes bancos, entregué 20.000 millones de dólares a familias de clase media que se enfrentaban ejecuciones hipotecarias y ayudé a aprobar una Declaración de Derechos de los Propietarios de Viviendas, una de las primeras de su tipo en la nación».
La realidad es que Kamala Harris ayudó a negociar un acuerdo hipotecario multiestatal con cinco de los bancos más grandes del país que proporcionó alivio financiero a los propietarios de viviendas y estableció estándares para los prestamistas.
Harris también consiguió un acuerdo por separado con tres de los bancos, garantizando una cierta cantidad de alivio para los propietarios de viviendas de California. Ambos acuerdos se firmaron en 2012.
Trump, miles de millones para los bancos
Por el contrario, Donald Trump hizo lo contrario: regaló miles de millones de euros para los grandes bancos. En concreto, según Bloomberg, obtuvieron beneficios extraordinarios de más de 21.000 millones de dólares gracias a las políticas fiscales de Trump y la codicia corporativa llevó a que, además, ejecutaran despidos indiscriminados o recortaran el crédito a familias y pequeñas y medianas empresas.
Las políticas de Trump son, realmente, una estafa de los ricos para los ricos porque la merma de la recaudación del Estado es la excusa utilizada para recortar los servicios sociales y entregar la protección ciudadana a los intereses privados.
Las clases medias y trabajadoras no participan del festín del recorte de impuestos a los ricos. Las cifras comunicadas por las grandes corporaciones a sus accionistas demuestran que el dinero ahorrado en impuestos se ha utilizado para incrementar los salarios de los directores ejecutivos y los dividendos de los grandes accionistas. No ha habido un incremento de inversión que genere puestos de trabajo. Más bien al contrario, han reducido personal para incrementar beneficios o han realizado recompras irresponsables de acciones.
Las cifras sin incontestables. La rebelión contra el establishment de Donald Trump se tradujo en que la fortuna colectiva de los 748 multimillonarios de Estados Unidos superó los 5 billones de dólares en septiembre de 2023, una cifra casi récord. Un asombroso aumento de 2,2 billones de dólares (77%) desde la promulgación de las leyes fiscales de Trump.