La Asociación de Trabajadores Esenciales Afectados por la Vacuna AstraZeneca ha lanzado un manifiesto para dar a conocer su situación y defender los derechos que, desde su experiencia, se les están negando.
La asociación se creó por un colectivo de trabajadores públicos que tras recibir la inyección de la vacuna de AstraZeneca han sufrido efectos adversos graves y han encontrado falta de atención por parte del Estado.
Señalan en su manifiesto que se vacunaron "por responsabilidad civil, por el bienestar común, cuando el tanto el Estado como las Comunidades Autónomas nos lo pidieron aludiendo a la necesidad de trabajar con garantías y asignándonos AstraZeneca independientemente de nuestro sexo, antecedentes sanitarios, medicación habitual, etc".
Desde la asociación subrayan que no están adscritos a ningún partido político, siendo independientes. También subrayan que no son antivacunas y que la prueba de ello es que "están aquí por haberse vacunado".
Quieren dejar claro que "tampoco son negacionistas", y señalan que "si no hubiéramos creído en la existencia de la pandemia, no nos encontraríamos en la situación en que lo hacemos".
"Como trabajadores esenciales, fuimos de los grupos poblacionales convocados más tempranamente a la vacunación bajo el argumento de que teníamos mayor riesgo de exposición y de transmisión a otras personas", afirman. "En gran medida, los efectos causados fueron fruto de esta premura, ya que con el tiempo las autoridades españolas desaconsejaron vacunar con AstraZeneca, por el riesgo que ello entrañaba a personas cuyos perfiles compartimos".
Denuncian que la falta de información sobre los efectos secundarios de la vacuna y la negación de la gravedad, así como del preocupante alcance de los mismos han creado una situación en la cual la población es completamente desconocedora de su existencia, de su seriedad y de su frecuencia. Por ello, han decidido crear la asociación con la finalidad de visibilizar a los trabajadores esenciales afectados por esta vacuna, así como para buscar la adecuación de su situación tanto a nivel administrativo, profesional como psicosocial.
Solicitan que se registre a todas las personas que han desarrollado efectos secundarios graves tras la vacunación contra la COVID-19, en especial a los trabajdadores esenciales vacunados con AstraZeneca y se les reconozca como hecho causante de su sintomatología la vacunación. Además, que de ello se puedan derivar los efectos administrativos, legales y laborales que sean necesarios para una adecuada atención y adaptación a sus vidas.
Solicitan también que se reconozcan sus patologías como enfermedad laboral.
También piden que el Sistema de Farmacovigilancia Española realice un seguimiento de sus casos, cosa que denuncian que no se ha hecho hasta ahora. Por lo tanto, apuntan, los datos facilitados de manera oficial están siendo sesgados.
Proponen la creación de unidades específicas de estudio y tratamiento sanitario para todos aquellos casos cuya sintomatología no tiene, a día de hoy, un diagnóstico claro. Motivo por el cual no están recibiendo un tratamiento farmacológico ni terapéutico adecuado que pueda ayudar a su recuperación.
Solicitan también que se hagan públicos los datos relativos al seguimiento de estas personas, así como otros datos de interés que hasta el momento no han sido publicados: números de lote con los que se vacunó a las personas que han desarrollado efectos adversos graves, estadísticas sobre edad, sexo, patologías previas...
Y por último, plantean la necesidad de consideración en las medidas restrictivas que en el futuro se pudieran implementar, así como en todas las vigentes, por motivos médicos la toma en consideración de estos hechos.
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