La extrema derecha mundial prevé liquidar la OMS, Unicef, Acnur y otros “chiringuitos comunistas”

25 de Abril de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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El canciller de Brasil, Ernesto Araújo, cree que la epidemia de coronavirus obedece a un plan premeditado para “implementar elcomunismo en el mundo” a través de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).La capacidad para idear patrañas de la internacional demagógico populista notiene límites. El mismo presidente carioca, Jair Bolsonaro, se ha erigido como uno de los dirigentes másescépticos con la gravedad del covid-19,un virus al que restó importancia calificándolo de “gripecita” antes de instara los brasileños a regresar al trabajo y a romper la cuarentena.

Ahora Araújo, mano derecha deBolsonaro, asegura que el nuevo coronavirus ha puesto al descubierto lo que “losmarxistas esconden desde hace 30 años: que el globalismo sustituye el socialismocomo etapa preparatoria al comunismo através de la inmensa oportunidad de construir un orden mundial sin naciones ysin libertades a partir de la pandemia de covid-19”. Por supuesto, en esasupuesta conjura roja estaría participando la OMS, enfrascada en la “construcciónde una solidaridad comunista planetaria en el marco de un proyecto globalista”.

Queda claro que los líderespopulistas de extrema derecha tratan de desacreditar organizaciones como la OMSque si no existieran habría que inventarlas. Mucho nos tememos que detrás de lahabitual verborrea neofascista (esta vez le ha tocado el turno de burradas alos populistas brasileños, pero los españoles de Vox no andan muy alejados de esas tesis) hay un intento por acabarcon todas las organizaciones transnacionales como la que vela por la salud enel mundo o Unicef, a pesar de queambas cumplen un papel destacadísimo en el desarrollo y el progreso de lacivilización humana. Palabras como “climatismo o alarmismo climático”,“ideología de género”, “inmigracionismo” o “cientificismo” −frecuentementeempleadas por los demagogos de la ultraderecha mundial− esconden en realidad unclaro y único objetivo: liquidar a todos aquellos organismos que dependendirecta o indirectamente de la ONU. Elmensaje es directo: todo aquel foro de países que suponga un gasto adicional esconsiderado por el populismo xenófobo como un “chiringuito comunista”.

Hace solo unos días, el presidentede Estados Unidos, Donald Trump, anunciaba su intenciónde congelar la disposición de fondos a la OMS en plena emergencia sanitariaglobal por “gestionar mal y encubrir” la propagación del coronavirus. De esamanera, y con la excusa de un supuesto trato de favor a China, el magnate norteamericano pretende cancelar la subvención deunos 500 millones de dólares que Washingtondestina a la financiación de este organismo.

Es evidente que la OMS ha cometidoerrores en esta crisis sanitaria pero cabe preguntarse qué sería de lahumanidad sin su existencia, sin su poder para ofrecer respuesta a los paísesafectados por graves epidemias y sin su capacidad para movilizar a expertos dereconocido prestigio y una buena cantidad de fondos y material sanitario quellega allá donde no hay nada. El caos sería total y un buen número de países envías de desarrollo quedarían olvidados y abandonados a su suerte. Las intervencionesde la OMS en los últimos años han resultado cruciales para frenar la expansiónde enfermedades como el brote delsíndrome respiratorio agudo y grave (SARS) de 2003; la emergencia de saludpública por poliomielitis de 2014; laepidemia provocada por el virus del zikaen 2016; o las crisis sanitarias generadas por la expansión del ébola en África en 2014 y 2019, entre otras actuaciones.

El auténtico proyecto político degente como Bolsonaro en Brasil, DonaldTrump en Estados Unidos y SantiagoAbascal en España es acabar con todos los grandes avances en políticainternacional que el ser humano ha cosechado tras el final de la Segunda Guerra Mundial. El primer pasosería asfixiar económicamente a la OMS. Después llegará el momento de clausurarotros organismos como Unicef (la agencia que provee ayuda humanitaria y eldesarrollo a niños y madres en países en desarrollo); Acnur (el organismo encargado de proteger a los refugiados ydesplazados por persecuciones o conflictos); o esas cumbres fastidiosas sobreel cambio climático que no hacen másque estorbar y poner obstáculos a un desarrollo capitalista desbocado. Finalmenteserá el momento de cerrar la ONU o dejarla vacía de contenido hasta suliquidación final. Entonces habrá llegado la hora de instaurar el Gran Movimiento Fascista mundial del siglo XXI. Pequeños y grandes gobiernostotalitarios en cada país, en cada continente. Estados aislados, encerrados ensus froneras, ultranacionalistas y hostiles a cualquier movimiento solidarioconsiderado comunista. El sueño de Hitlerhecho realidad.   

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