La opacidad de la Casa Real es tan grande que, a día de hoy, la ciudadanía no conoce el régimen matrimonial que comparten Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia. Este punto es muy importante a la hora de determinar la responsabilidad sobre el patrimonio del rey emérito, tanto el que tiene en España como el que, presuntamente, dispone en el extranjero.
Teniendo en cuenta el año en que se casaron Juan Carlos y Sofía (1962) y el papel secundario que tenía la mujer en la España franquista, lo habitual es que el matrimonio fuera registrado en un régimen de bienes gananciales, es decir, todo lo aportado durante el tiempo en que permanezcan casados se divide al 50%.
Por tanto, la mitad del dinero que pudiera haber ganado el rey Juan Carlos a través de los negocios por los que está siendo investigado por la Justicia española y suiza pertenecen a la reina Sofía. En consecuencia, y según diferentes juristas consultados por Diario16, tendría la corresponsabilidad respecto a ese dinero.
Durante toda la crisis surgida desde que se conocieron detalles de cómo funcionaba Juan Carlos de Borbón, desde la corte política y mediática se ha pretendido proteger a Sofía de Grecia y se la ha presentado como la mujer abnegada que durante décadas ha tenido que sufrir los desmanes y las infidelidades del rey.
Por otro lado, la Directiva europea sobre la lucha contra el fraude que afecta a los intereses financieros de la Unión Europea a través del Derecho Penal, indica que, en este caso, la ley obliga a, en caso de duda o desconocimiento, a investigar tanto a Juan Carlos como a Sofía porque el patrimonio es de los dos. Además, al tratarse de una directiva europea, no puede aplicarse la inviolabilidad o el aforamiento.
Lo mismo ocurriría en sentido contrario, es decir, que el patrimonio de la reina emérita pertenece al 50% a Juan Carlos de Borbón.
Sin embargo, la opacidad que existe en la Casa Real hace imposible conocer el régimen matrimonial en que se encuentran los monarcas eméritos españoles. Nadie puede hacer una consulta al registro de la Familia Real como sí se puede realizar en el registro mercantil o el civil. Sólo unas cuantes personas privilegiadas tienen acceso a él: los miembros de la Familia Real, el presidente o presidenta del Gobierno o del Congreso de los Diputados, que son los únicos que pueden expedir una certificación.
Por tanto, ante la duda y el desconocimiento que provoca la opacidad de la Monarquía española, los reyes eméritos están casados en régimen de gananciales y, en consecuencia, ambos son corresponsables del patrimonio o del dinero que acumularan desde el momento en que contrajeron matrimonio.