Renata Varocova, tenista checa, vivió hace unos días una situación prácticamente idéntica que la del serbio Novak Djokovic. La gran diferencia es que nadie habló del asunto, no tuvo atención mediática y en su caso decidió no recurrir a la justicia, siendo deportada y saliendo del país.
La WTA (Woman Tennis Asociation) afirma que Renata "no hizo nada mal", que cumplió con las normas vigentes y que su deportación ha sido injusta. De hecho, a Renata sí le permitieron pasar, pudo cruzar la frontera y fue horas después cuando le comunicaron que debía abandonar el país por no estar vacunada.
La tenista ha exigido hoy a la Federación Australiana de tenis que le compensen, al menos, los gastos que tuvo que realizar para acudir al torneo (2.460 de billete de avión entre otros).
Renata ha explicado que lo que vivió "no quiere ni recordarlo", y se refiere al trato que le dieron. Hechos que confirma la WTA, que afirma las dificultades planteadas a las jugadoras que obtuvieron una exención médica. Subrayan que "Renata siguió las reglas y los procedimientos, fue autorizada a entrar en el país, pudo participar en una prueba antes de ver su visa anulada repentinamente cuando no había hecho nada malo".