Castilla y León es una de las autonomías menos avanzadas del país, donde peores consecuencias tiene la “España vaciada” y donde los jóvenes, sin alternativa alguna, se marchan de forma masiva en busca de opciones laborales.
En medio de esta situación, en una región sin industria, con un músculo financiero desaparecido por los excesos de los políticos, el PSOE, donde más fácil tendría para hacer oposición -teniendo en cuenta que además ganó las elecciones, aunque gracias a Ciudadanos no haya podido gobernar- se enzarza en peleas internas.
Óscar Puente, alcalde de Valladolid, y Luis Tudanca, secretario general del PSOE en Castilla y León, mantienen diferencias internas desde siempre que especialmente el edil de Pucela tiende a no disimular.
El PSOE contra el PSOE es la tragedia para la gente progresista de una comunidad que votó a la izquierda y ve desalentada cómo gobiernan los de siempre. Cabe recordar que el PP llevaba gobernando más de tres décadas cuando Tudanca ganó las elecciones.
Ciudadanos y el PP
Fue por orden de Albert Rivera por lo que el presidente de Ciudadanos en Castilla y León, Francisco Igea, que mostró su contrariedad por apoyar al PP, optó por negociar un acuerdo de gobierno con Alfonso Fernández-Mañueco, hoy investigado por financiación ilegal del PP en la comunidad para poder ganar las primarias del partido y ser el candidato -como así fue- de los populares a presidir esta región.
El secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, ha contestado a las críticas lanzadas por el alcalde de Valladolid, el también socialista Óscar Puente, alcalde de Valladolid, sobre la forma de hacer oposición a la Junta, y le ha replicado que “parece que solo le gusta lo que hace él”.
Tudanca ha restado importancia a las declaraciones realizadas por Puente en una entrevista con el 'Diario de Valladolid-El Mundo', en las queha dejado clara su opinión - lo que era un secreto a voces-: que la oposición realizada por el PSOE en el ámbito autonómico es «sustancialmente mejorable» en materia de «coordinación» y falta un «rumbo claro».