La UME que Rajoy quiso liquidar por “costosa” y “socialista” demuestra su eficacia en la pandemia

20 de Abril de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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UME Exito

La UME entrará finalmente en el hospitalimprovisado de Ifema paradesinfectar los diferentes pabellones después de que se haya registrado unimportante descenso en el número de contagiados y de la presión asistencial. Elpapel de la Unidad Militar de Emergenciacomo cuerpo de Protección Civilestá resultando crucial para limpiar de coronavirus calles y vías públicas,instalaciones médicas, residencias de ancianos, edificios públicos y centrospenitenciarios. Sus intervenciones se cuentan ya por cientos y allá donde van lossoldados equipados con trajes espaciales son recibidos con aplausos por lapoblación. Una vez más, se ha demostrado que Zapatero estuvo acertado cuando decidió poner en marcha esta unidadallá por el año 2005. Sin embargo, en aquel momento no faltaron fieros detractoresdel proyecto, en especial el PartidoPopular de Mariano Rajoy, que sepostuló en contra de un cuerpo militar que siempre consideró excesivamente caroy mera propaganda del PSOE. De nuevo,al líder del PP su mentalidad integrista del ahorro y su alergia grave al Estado de Bienestar le iban a jugar unamala pasada.

Desde labancada popular se inició una auténtica campaña de desprestigio de la UME, unaunidad diseñada para intervenir ante todo tipo de catástrofes. El programa políticoque presentó Rajoy de cara a las elecciones generales de 2008 (en su punto499) se refirió en estos términos a una unidad que nunca vio con buenos ojos: “Elactual Gobierno ha frenado el proceso de modernización de las Fuerzas Armadas y el único gestosignificativo ha sido la creación de una unidad para situaciones de emergenciacivil. Una decisión discutible porque implica la segregación permanente de unimportante contingente para misiones no militares y con un controvertido encajelegal”.

Pese a lascríticas furibundas, la UME fue todo un acierto de un Gobierno socialdemócratacomo el de Zapatero. Desde el primer momento la inversión fue muy ambiciosa,con una partida inicial de 518 millones de euros que rápidamente pasó a los1.234 y que llegó a los 1.600 millones en apenas cuatro años. Hoy dispone decerca de 1.000 vehículos, no sólo terrestres, sino también aviones,helicópteros y embarcaciones ligeras. Incluso se han incorporado drones, comocorresponde a una unidad en constante modernización. Sus efectivos se desplieganen siete bases (Torrejón de Ardoz en Madrid, Morón en Sevilla, Bétera enValencia, San Andrés del Rabanedo en León, Zaragoza, Tenerife y Las Palmas deGran Canarias). En total más de 3.560 militares, personal altamente cualificadopara actuar contra grandes catástrofes. La hoja de servicios de la UME resultaintachable, con misiones exitosas en cientos de incendios forestales, rescates,inundaciones, temporales y heladas.

Hoy la derecha ya no cuestiona el papel de este cuerpo militar pero durante años persistió en su obsesión contra una unidad que después ha acreditado la máxima eficacia en todos los terrenos en los que ha intervenido. El bulo de que la UME fue un capricho de los socialistas sigue siendo alimentado por páginas web de extrema derecha que en la actualidad todavía cuestionan la razón de ser de una unidad de élite de Protección Civil esencial en situaciones de crisis. “¿Qué llevó realmente a Zapatero a crear la UME? Es difícil ponerse en la cabeza de tal personaje, pero sus hechos y declaraciones cantan por sí solos: una declarada inquina contra las Fuerzas Armadas a las que consideró –lo dijo ladinamente en cierto momento, pero lo dijo–  herederas y continuadoras del ‘franquismo’; la tradicional aversión a lo militar de los socialistas, o sea, de ‘los rojos’ españoles; el haber dado ejemplos más que evidentes de querer, como Azaña, ‘triturar’ a las Fuerzas Armadas dentro de lo modernamente posible y tomarse la venganza de su abuelo fusilado con decisiones tales como nombrar a la primera mujer ministra de Defensa y hacerlo en la persona de una por entonces declarada separatista; y además embarazadísima”. Los ultras reaccionarios y africanistas, siempre partidarios de un Ejército potente con capacidad ofensiva, estaban convencidos de que la última intención de Zapatero con la creación de la UME era “civilizar” al Ejército, es decir, convertirlo en “pacifista”, vaciándolo de contenido militar hasta reducirlo a una especie de oenegé.

“¿Por quécrear una estructura nueva como la UME, en vez de potenciar las ya existentescomo Protección Civil y bomberos? ¿Por qué no potenciar los parques de bomberoslocales y, más aún, los forestales prácticamente inexistentes? ¿Por qué crearalgo nuevo que duplica e incluso triplica estructuras, gastos, competencias yprovoca descoordinaciones en vez de impulsar lo ya existente? ¿Tienen UME lospaíses de nuestro entorno con climas aún peores que el nuestro, excepto en lapertinaz sequía y riesgo de incendios? Eso es lo que Zapatero nunca explicó”,se asegura en una página web de corte ultraderechista.

Hoy lahistoria de la UME es una historia de éxito sin paliativos. Todo ese ruido yesa furia, todo ese sectarismo populista y esa ciega estupidez, han quedadoborradas por la realidad de los hechos y por el expediente intachable de unaunidad de emergencias que ha contribuido a salvar miles de vidas humanas y queha demostrado que el Ejército en tiempos de paz puede servir para mucho más quepara dormitar en los cuarteles sin un objetivo claro ni una razón de ser. Trasesta epidemia habrá que replantearse qué hacemos con los más de 16.000 millonesde gasto en Defensa y con los 120.000 soldados profesionales a los que noestamos dando un servicio y un cometido útil para la sociedad. Es obvio que seimpone una reconversión y para ello no sería necesario suprimir las actuales unidadesde ataque (lo que generaría cierto malestar en el siempre indómito Ejército)pero sí al menos especializarlas para que en momentos de catástrofes yepidemias puedan actuar también como unidades de Protección Civil. Ese sería elmejor servicio que los militares podrían hacer por su patria.

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