La reina Letizia ha presidido un acto de entrega de premios del Banco Santander. En concreto, la clausura de la convocatoria de Premios Sociales de la entidad cántabra. Allí ha acompañado a Ana Patricia Botín en un evento que, en realidad, no es otra cosa que una parte más de la estructura creada para blanquear la imagen tan deteriorada que tiene el Santander en España y el mundo.
En un día en que se ha conocido que la Fiscalía Anticorrupción ha iniciado investigaciones a los reyes eméritos por la utilización de tarjetas de crédito opacas que se nutrían de fondos procedentes del extranjero, la presencia de Letizia Ortiz en un evento organizado para mayor gloria de la señora Botín y de su banco es la mejor demostración de que la Casa Real vive de espaldas a la realidad.
«Agradezco a los empleados del Grupo Santander su sentido de la responsabilidad y su capacidad de incorporar sensibilidades diferentes para abarcar un espectro tan amplio de ayuda a sectores tan diversos», ha dicho la reina Letizia. Si supiera la realidad que viven los trabajadores y trabajadoras del Santander cada día, donde el miedo al despido y las amenazas de mandos intermedios tóxicos, su discurso debería haber sido otro.
Cuando ha llegado a la sede que tiene el Santander en el Paseo de la Castellana de Madrid, lugar desde el que Ana Patricia Botín hace «sus cosas de presidenta», como definió Rodrigo Echenique lo que hace la señora Botín, la reina Letizia debería saber lo que significa el banco que lleva el nombre de la capital de Cantabria para el mundo y que estaba formando parte de una operación de blanqueamiento de imagen que ya dura años.
La reina Letizia debería saber que hoy se ha dirigido a los trabajadores del Santander, los mismos que llevan años sufriendo las consecuencias de la nefasta gestión de Ana Patricia Botín que se ha traducido en casi 10.000 despidos en los últimos tres años tras el anuncio la semana pasada de un nuevo ERE.
En esos expedientes de regulación de empleo, el Santander se ha cebado con las mujeres o con los empleados y empleadas que tenían reducción de jornada para poder cuidar a sus hijos o a personas dependientes. Esta es la verdadera acción social del Santander.
Por otro lado, la señora Botín, con quien la reina ha compartido risas y carantoñas, lleva meses afirmando que es feminista y que defiende la igualdad de oportunidades. Sin embargo, Letizia Ortiz, si en la Zarzuela vivieran de cara al pueblo, sabrían que la semana pasada la presidenta del Santander afirmó que el feminismo y la igualdad de oportunidades eran buenas para el negocio. Además, el banco ha utilizado la lucha de todas las mujeres del mundo contra el cáncer de mama para hacer promoción de sus productos o, mientras despedía a madres con niños pequeños, la señora Botín no tenía reparo en afirmar que «la brecha salarial entre hombres y mujeres comienza en el momento en que decidimos tener hijos. Y la brecha nunca se cierra. Efectivamente, existe un impuesto sobre la familia que es pagado principalmente por las mujeres. Así que mi consejo es: desafiemos el statu quo todos los días. Nunca tengáis miedo. aprended a tomar decisiones. La situación está cambiando y seguro que tendréis más oportunidades que vuestras madres y vuestras hijas, si elegís tenerlas, tendrán aún más».
Además, el Grupo Santander ha sido acusado e investigado en Estados Unidos por prácticas discriminatorias, incluidas a las mujeres. Un informe de febrero de 2017 de la asociación Committee for Better Banks que evidenciaba como el Santander utiliza prácticas discriminatorias que le convertían en el banco del noreste de Estados Unidos que más préstamos deniega a las mujeresy a la población afroamericana.
Estas prácticas llevaron a la Ciudad de Providence a demandar al Santander y a que el Departamento de Justicia iniciase una investigación sobre estas prácticas discriminatorias. El informe pone el ejemplo de la ciudad de Philadelphia donde, en 2015, el Santander denegó el 32% de los préstamos a las mujeres lo que representaba un 21% de rechazo superior a los del resto de bancos.
Otro de los aspectos que más preocupan a la sociedad actual es el ecologismo y la lucha contra el cambio climático. Si la reina Letizia y Felipe VI no vivieran de espaldas a la realidad, como suelen hacer las monarquías, sabrían que el Santander es uno de los bancos del mundo que más financiación da a empresas generadoras de gases de efecto invernadero y humo negro que causan la lluvia ácida y el cambio climático, habiendo dedicado entre 2016 y 2018 más de 14.900 millones de dólares a financiación de empresas contaminantes, tal y como publicó Diario16.
Es muy grave que la Casa Real se preste a ser parte de una operación de marketing orientada a blanquear la imagen del Santander y su presidenta, sobre todo cuando recientemente, tanto Felipe VI como la propia Letizia Ortiz, recibieron sendas comunicaciones en las que se les informaba del peligro que suponía para España el banco y la familia que lo lleva controlando desde hace tres generaciones. Con esa información, la máxima autoridad del Estado, que teóricamente debe ser el garante de los valores constitucionales –como no se cansan de decir los defensores de la Monarquía–, no puede someterse a los intereses publicitarios de una entidad privada.
Diario16 dispone de esas cartas, entre las que se hace referencia a los propietarios del VP Bank, un banco de Liechtenstein cuyos servicios fiduciarios fueron utilizados también por Juan Carlos I. Esas comunicaciones terminaban del siguiente modo: las «cuestiones que le participo, como no se le escapará, resultan vitales para el crédito de nuestro país, del que SM el Rey Felipe VI es su máximo exponente como Jefe del Estado, y aparecer junto a estas personas, que pudieran estar involucradas en actuaciones ilícitas de la gravedad del narcotráfico, amén de las reconocidas de fraude fiscal, en actos oficiales puede causar un grave perjuicio reputacional para La Corona; siendo necesario que estos hechos se esclarezcan y, de ser ciertos, se depuren responsabilidades».
La Casa Real no está para dar gloria al Santander ni a la señora Botín. Felipe VI y Letizia Ortiz están para estar con los ciudadanos y ciudadanas que lo están pasando muy mal en la crisis, para arremangarse y colocarse al frente de las soluciones, no junto a los problemas. La presencia de la reina hoy junto a Ana Patricia Botín no es más que la demostración palmaria de que las dos instituciones son tal para cual, la una por el negocio, la otra por no tener que dar explicaciones o rendir cuentas al pueblo, como hacen en democracia los gobernantes.