Lingüística para Nacionalistas - II: Del concepto de “normalización lingüística”

06 de Junio de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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lengua

Desvelada laprimera mentira sobre la política lingüística en Cataluña, hoy vamos aocuparnos de una nueva, que se asienta sobre esa primera patraña en la que seafirma, sin sonrojarse, que “el catalánes la lengua propia de Cataluña”. En efecto, de este primer embuste, lacasta política catalana ha sacado la conclusión de que había que proceder a la“normalización” del uso del catalánen todos los ámbitos (social, económico, educativo, cultural, etc.). Deaquellos polvos (“la lengua propia deCataluña es el catalán”), los lodos de la “normalización lingüística”. Ahora bien, ¿qué se entiende o habríaque entender por normalización y por normalización lingüística?

Normal. Anormal. Normalización

 El contenidosemántico de estas tres unidades léxicas está interrelacionado y el significadode una está delimitado por el significado de las otras. Por eso, explicitareste contenido, consultando ese templo del saber semántico que es eldiccionario de la RAE, parece necesario para huir de las memeces, proferidaspor la casta política y ciertos lingüistas de servicio y en nómina.

Por definición, toda unidad lingüística está cargadade significados diferentes. Así, “normal” es aquello que se encuentraen su medio natural; o aquello que es regular y ordinario y que se toma comonorma o regla; o aquello que no es raro o que no tiene deficiencias. “Anormal”significaría todo lo contrario: lo que se halla fuera de su estado natural; loinfrecuente, estadísticamente hablando; lo que es raro o tiene deficiencias. En fin,“normalización” sería la acción y el efecto de “normalizar”:regularizar o poner en orden lo que no está, hacer que algo se estabilice en lanormalidad, tipificar (ajustar a un tipo o norma), acabar con lo anormal. Ahorabien, determinar qué es “normal” o “anormal” y precisar los límites y elsignificado de “normalizar” y de “normalización” implica siempre un ciertogrado o dosis de subjetivismo.

Normalización lingüística

En teoría, el significado de esta expresión sedesprende o se infiere de las definiciones precedentes y está muy claro. Enefecto, esta expresión, aplicada a la lengua catalana, denota que el uso delcatalán es considerado anormal, antinatural, raro, deficiente, ilógico; y porlo tanto, se debe hacer lo necesario para que se transforme en normal. Ahorabien, como lo acabamos de precisar, la normalización lingüística es también unconcepto relativo. No es fácil ni evidente determinar cuándo se ha llegado a unasituación de normalidad o cuándo se ha conseguido la normalización del uso dela lengua catalana. No hay consenso ni sobre esto ni sobre los medios que hayque utilizar para conseguirlo.

Para unos, lospartidarios delbilingüismoequilibrado”, con la normalización lingüística aplicada en Cataluña, se hallegado ya demasiado lejos: se ha practicado una radical discriminaciónpositiva del catalán; y esto ha provocado choques de convivencia con elespañol, eliminándolo como lengua vehicular de la enseñanza y como lengua decomunicación en todas las situaciones formales e institucionales (Parlamento,medios de comunicación catalanes, instituciones públicas, etc.), poniendo enentredicho tanto el uso social del español como su aprendizaje y su dominiofuncional por parte de los ciudadanos de Cataluña. Sin embargo,  para otros, los partidarios de la normalización radical —y a pesar de todo lohecho durante los últimos 40 años y del estatus actual del catalán en todos losámbitos formales de la sociedad catalana— el catalán sigue estando en peligrode desaparición ante el vigor de esa lengua de gran difusión mundial que es elespañol.

Ante estos balances totalmente opuestos, ¿qué dicela lingüística o un análisis objetivo, racional y desapasionado de la malllamada “normalización lingüística” de la lengua catalana? Comoya hemos analizado y argumentado, el lenguaje y la lengua son atributos delos ciudadanos y nunca de un territorio. Por lo tanto, en ausencia de coacciones, lo normal es que, en un mismoterritorio, convivan ciudadanos con lenguas propias diferentes. Ahora bien,cuando se llevan a cabo políticas lingüísticas totalitarias y autoritarias,como las de la Generalidad de Cataluña, se imponen, manu militari, las siguientes falsas ecuaciones: una lengua = una nación; una nación = un territorio; un territorio = una lengua. Y, comocorrelato, se considera anormal que en Cataluña convivan “varias lenguaspropias”. Para los nacionalistas-independentistas, esto es una situación deanormalidad que debe ser normalizada, imponiendo el catalán a todos los ciudadanosde Cataluña, con independencia de su voluntad y aunque esto implique pisotearuno de los derechos fundamentales de la persona: los derechos lingüísticos, queimplican el derecho a decir lo que se quiera en la lengua que cada uno elija encada momento y el derecho a elegir la lengua vehicular en la educación de sushijos.

Normalizacióny libertad

Desde la Revolución francesa (1789), se ha impuestoen Francia, y por este orden,  latrilogía “liberté, égalité, fraternité”.En un país libre y sin fronteras, como España, los ciudadanos son libres deinstalarse donde les apetezca y deberían poder hacerlo;  y son también libres para aprender y utilizarla o las lengua(s) que prefieran y deberían poder ejercer este derecho. Si estosucediese, las lenguas que ofrecieran mayores ventajas y perspectivas a losciudadanos lograrían mayor difusión y se impondrían por sí solas. Así, como loafirma Jesús Mosterín, “la evolución lingüística y la frecuencia deuso [del catalán o del español] será la resultante de muchas decisionesindividuales libres y no de una imposición política. Sólo cuando esto se hayaconseguido, podremos hablar de normalización lingüística [de Cataluña y deEspaña]”.

Coda: « Je ne demande pas à être approuvé, mais àêtre examiné et, si l’on me condamne, qu’on m’éclaire » (Ch. Nodier).

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