Los agentes forestales acusan al ministro del Interior de abandonarles a su suerte

17 de Enero de 2018
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foto agentes comerciales
Ha transcurrido un año desde aquel fatídico 21 de enero de 2017 en el que David Iglesias y Xavier Ribes fueran cruelmente asesinados de manos de un cazador furtivo en Aspa, Lleida.Como cada día y al igual que sucede en el resto de comunidades autónomas del Estado, Xavier y David tuvieron que comenzar su servicio abandonados a su suerte, sin ningún tipo de defensa que les permitiera, al menos, minimizar los riesgos a los que los Agentes Forestales se enfrentan en su día a día. Por desgracia, ese sería su último servicio ya que morirían de la mano del asesino confeso, Ismael Rodríguez, sin una mínima opción de defensa, según el comunicado enviado a Diario16 por la asociación profesional que engloba a este colectivo.Los resultados de la autopsia revelaron que los disparos se habían realizado no de forma instintiva y a larga distancia, tal y como declaraba el autor de los hechos en un primer momento, sino a escasamente un metro de distancia. Igualmente, el informe forense revelaba que cada agente había recibido dos disparos de escopeta, signo evidente de que Ismael Rodríguez recargó su arma, al tener ésta capacidad máxima para tres cartuchos.Tras conocer todos estos detalles, diversos expertos en materia policial aseguraron que, de haber contado los agentes con armas de dotación en aquel momento, al menos uno de ellos hubiese tenido tiempo de reaccionar y posiblemente estaría con vida el día de hoy. O lo que es más importante, es más que posible que Ismael Rodríguez no se hubiese atrevido a efectuar los disparos sabiendo que los agentes estaban armados. Sin embargo, llevó a cabo el asesinato sabiendo en todo momento que Xavier y David no tenían posibilidad alguna frente a su arma de fuego, según desvela la asociación de agentes forestales. Falta de palabra del Ministro del InteriorTras el asesinato, la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (AEAFMA) forzó una reunión de urgencia con el Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, quien se comprometió a analizar la situación de desprotección que padecen los Agentes Forestales y adoptar las medidas que estuvieran a su alcance para mejorarla. Solicitó incluso de esta Asociación una serie de documentos y propuestas concretas sobre los temas a abordar desde su Ministerio, propuestas que le fueron trasladadas en menos de un mes desde que se llevara a cabo la citada reunión.- Modificación del Reglamento de Armas para que los Agentes Forestales puedan llevar arma corta durante sus servicios, al igual que el resto de policías del país, teniendo en cuenta que es el colectivo que más interactúa con gente armada y lo hace, además, en unas condiciones de aislamiento que no soportan otros colectivos de policía.- Modificación del Reglamento General de Vehículos para que los Agentes Forestales puedan hacer uso de los dispositivos luminosos y sonoros V-1 de color azul que identifica a los servicios de policía, a la par que mejorar la seguridad activa y pasiva en las carreteras durante los desplazamientos a una emergencia.- Respetar y reforzar el papel de los Agentes Forestales como Policía Judicial genérica en el ámbito medioambiental.- Modificación de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado contemplando a los Agentes Forestales como lo que son, una policía específica en materia medioambiental, con la misma protección y al mismo nivel que el resto de policías del Estado.Pese a ofrecer al Ministro todas estas propuestas, todas y cada una de ellas al alcance de su Ministerio, lo cierto es que a día de hoy ni una sola de ellas ha tenido efecto alguno. Los Agentes Forestales continuamos combatiendo la infracción y el delito medioambiental con una libreta y un bolígrafo. Desamparados por sus propias Administraciones Los Agentes Forestales y Medioambientales, más de 6000 en la actualidad, tienen su dependencia en los tres estratos de la Administración (Estatal, autonómico y Local), suponiendo el grueso de ellos los que dependen de las Comunidades Autónomas.A día de hoy, y pese a haberse producido multitud de actos de protesta tras las numerosas agresiones, los responsables políticos de estas administraciones siguen relegando al más completo abandono a sus agentes. Las medidas de seguridad en forma de medios adecuados, formación, protocolos, leyes de cuerpo que organicen y protejan a sus Agentes Forestales… brillan por su ausencia. Obvian el problema y miran para otro lado una y otra vez.2017 nos ha dejado, además del asesinato de Aspa, tres agentes encañonados con armas de fuego, 4 que han sufrido intentos de apuñalamiento, otros 4 con lesiones tras ser agredidos físicamente y numerosos casos de amenazas, insultos, pintadas, intentos de agresión, vehículos dañados… Es cuestión de tiempo que volvamos a tener uno de estos episodios con final trágico si las administraciones no se toman en serio y abordan de una vez por todas la inseguridad con la que los Agentes Forestales se ven obligados a ejercer su profesión día tras día.
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