Los jugadores que participen en el Open de Australia de la edición de este año 2023, podrán participar sin realizarse ningún tipo de test. Tampoco se les pedirá un certificado de vacunación, contrariamente a lo que sucedió en la edición del año pasado, que costó a Djokovic quedarse sin jugar.
Giro radical en la postura sobre el Covid-19
En esta ocasión, la postura es totalmente contraria a las que se han mantenido en las dos ediciones pasadas.
El director ejecutivo de Tennis Australia, Craig Tiley, ha afirmado hoy que, evidentemente, recomendarán a los jugadores que tengan síntomas y se encuentren mal, que se queden en casa. Pero no se realizarán pruebas para verificar si son o no positivos al Covid-19, por lo que, según ha anunciado, "seguramente habrá jugadores que compitan con Covid". La suposición tiene que ver también con lo que ya ha sucedido en una competición de cricket, donde uno de los participantes dio positivo y siguió jugando.
Primeros partidos el 16 de enero
Los primeros partidos comenzarán en próximos días, el 16 de enero. Allí estará Djokovic, que participará después de que se haya anulado por el gobierno la prohibición de entrar en Australia durante tres años que le fue impuesta.
El número uno a nivel mundial, Carlos Alcaraz, no podrá participar debido a una lesión sufrida el pasado fin de semana.