Algo no cuadra en la vuelta al colegio en Andalucía. El Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla anunció a bombo y platillo el pasado junio la contratación de 6.000 profesores en septiembre para reforzar las plantillas en la “presencialidad segura” prometida por el consejero de Educación, Javier Imbroda. Se trataba, según el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, del “mayor plan de refuerzo educativo de la historia de Andalucía”. Con este esfuerzo económico se preveía reducir la ratio de las aulas para preservar la seguridad de alumnos y profesores. Pero no sólo no ha sido así sino que además ahora el presidente de la Junta se escuda en la opinión de “los expertos” para asegurar que “la ratio no es un elemento esencial” en la vuelta al colegio presencial acordada por Gobierno y comunidades autónomas.
Precisamente un equipo de expertos de la Universidad de Granada realizó el pasado junio un estudio matemático en el que se concluía que meter a 20 niños en un aula supone un total de 808 contactos cruzados en sólo dos días. En tres días, se superarían los 15.000 contactos. Y esta situación hipotética se darían en aulas con 20 niños, nada habituales en buena parte de los colegios andaluces y del resto del país, donde la media supera los 25 alumnos. Con esta ratio, el número de personas implicadas en los contactos se incrementaría hasta 91 el primer día y 1.228 el segundo.
La Junta desoye a oposición, profesores y Ampas
La líder de la oposición, la socialista Susana Díaz, ha centrado sus críticas al ejecutivo andaluz para un regreso seguro a las clases bajo la premisa de reducir la ratio a 20 alumnos por aula, una demanda que también han exigido sindicatos y otras asociaciones de profesores y madres y padres de alumnos. La demanda no sólo no ha tenido eco en la Administración autonómica sino que ahora es el propio presidente andaluz el que le resta importancia a este descenso de las ratios para mantener las distancias de seguridad.
Estos primeros días de septiembre, los profesores han volcado en las redes sociales fotografías de sus aulas, donde se comprueba no sólo la escasa posibilidad de aireación de las mismas sino sobre todo la imposibilidad de mantener la distancia de 1,5 metros entre cada pupitre. Pese a todo, Moreno Bonilla reconoció este jueves en una entrevista en la Ser que le “quita el sueño” el inicio del curso escolar por la “enorme complejidad” que implica la vuelta a las clases de casi dos millones de estudiantes en Andalucía. “Que los niños a partir de 6 años lleven mascarillas es la medida más preventiva”. Esta es la nueva apuesta del presidente andaluz una vez olvidada la bajada de la ratio.