Según acaba de informar Reuters, una funeraria de Brooklyn estaba utlizando camiones de mudanza para almacenar los cuerpos de personas fallecidas. Fue, precisamente el olor que salía de dos camiones lo que hizo saltar la alarma entre los vecinos en la mañana de ayer miércoles.
Al llegar los agentes de policía y abrir los camiones encontraron en su interior decenas de cadáveres amontonados. Eran unos 50 cadáveres, que habían sido guardados entre sacos de hielo por la funeraria Andrew T. Clecley.
Los vecinos de la zona han afirmado que hacía un par de semanas que notaban un olor insoportable proveniente de los camiones. Uno de los testigos ha explicado que vio cómo el pasado martes estaban moviendo los cuerpos, que en algunos casos goteaban sangre. Los trabajadores los movían sin ningún tipo de protección: ni mascarillas, ni guantes, y les vieron cómo después comían en el mismo lugar.
Según el dueño de la funeraria, en declaraciones hechas para New York Times, la situación se ha producido debido al desborde que tienen de trabajo, al hecho de que no pueden hacer frente a la gran cantidad de personas fallecidas a causa de la pandemia de COVID-19. Solamente en el mes de abril, explicó el dueño de la funeraria, había recibido el mismo número de fallecidos que en todo el año 2019, reconociendo que había admitido más trabajo del que podía asumir.
No se ha denunciado al dueño de la funeraria ni se ha abierto ningún tipo de investigación. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se ha mostrado conmocionado por la noticia.
En la ciudad de Nueva York son ya más de 18.000 personas que han muerto a causa del COVID-19, según los datos reportados por la Universidad Johns Hopkins.