Las elecciones regionales que tendrán lugar el próximo domingo en Branderburgo ponen en alerta a los socialdemócratas (SPD) alemanes, partido del actual canciller Olaf Scholz.
El SPD ha quedado primero en todas las elecciones regionales celebradas en el antiguo estado de Alemania del Este y ha liderado su gobierno desde la reunifiicación, en 1990. Sin embargo, una última encuesta publicada por ZDF, apunta a que el SPD podría perder el podium, quedando relegado a un segundo puesto con el 27% de los votos, igualado con el partido de reciente creación AfD, que obtendría según el sondeo un pequeño punto de distancia, con un 28%.
El SPD seguramente permanezca en el gobierno, porque, por el momento, los demás partidos están haciendo un "cordón sanitario" a la nueva formación catalogada de "extrema derecha". Y para ello, deberá negociar y hacer pactos con ellos si quiere seguir en el poder.
Responsabilidad del canciller
Desde el SPD de Branderburgo lanzan la responsabilidad de los malos resultados en las encuestas hacia su líder, a quien acusan de estar desarrollando políticas impopulares.
"Mucha gente me dice: 'Lo estás haciendo bien, pero queremos superar a los de Berlín'", dijo la semana pasada a Spiegel Dietmar Woidke, primer ministro del SPD de Brandeburgo desde hace 11 años . Woidke, candidato del SPD, le pidió a Scholz que no lo acompañara en la campaña electoral, ya que el primer ministro del estado confía en su propia popularidad: una encuesta reciente de ZDF muestra que el 55% de los encuestados quieren que se quede.