Pablo Carreño ya había hecho historia al colarse en semis derrotando al número dos del mundo. Pero lo que ha logrado hoy, adquiere otra dimensión. Sin palabras. El tenista español ha conseguido vencer ni más ni menos que a Novak Djokovic. Todo un número uno del mundo, y ganador de 20 Grand Slam. Una gesta para el recuerdo.
El asturiano de la armada se llevó una primera manga de manera impecable. Break en el sexto juego, y a funcionar. El saque de Carreño fue tremendamente solvente durante todo el partido (y el torneo en general). Para prueba de ello la primera manga concluyó con un ‘ace’ abierto a la derecha de Nole. Un movimiento que se repitió una y mil veces durante todo el partido.
Pablo Carreño desperdició hasta cinco bolas de set
Djokovic no se rinde
El número uno del mundo estaba fatigado. Mucho. Fueron innumerables los cometidos. Ayer perdió las semifinales ante Zverev, y para colmo también cayó en el cuadro de dobles mixtos. Terminó la noche visiblemente emocionado ante la prensa serbia. El desgaste físico y psicológico fue terrible. Pero los campeones como él están hechos de otra pasta, y el número uno del mundo se agarró al partido. Gracias, en parte, a su revés paralelo. Djokovic salvó un ‘match point’ en contra en el segundo set, y terminó ganándolo en el ‘tie break’ (8-6).
Con este panorama todo hacía indicar que la última manga sería coser y cantar para el serbio. Pero Carreño siempre está ahí. Peleó hasta la saciedad. Hasta tocar metal. Rompió el primer saque de Djokovic mandando un mensaje claro de supervivencia. De ahí en adelante, Pablo mantuvo su saque con seguridad y llevo al límite a su rival en cada punto.
Novak se agarró al partido y salvó hasta cuatro bolas de partido más. Pero el guion ya estaba escrito, y era más bonito que nunca. Pablo Carreño asalta el pódium, con un bronce que sabe a oro. Como demuestran sus lágrimas al termino del encuentro. El final que Carreño y el tenis español se merecían.