El partido ultra ortodoxo israelí Judaísmo Unido de la Torá (UTJ) ha anunciado que abandona la coalición de gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu como consecuencia de la incapacidad del Ejecutivo para aprobar una ley que permita a los estudiantes judíos ultra ortodoxos continuar estando exentos del servicio militar obligatorio.
Las dos facciones que integran UTJ, Degel Hatorah y Agudat Yisrael,formalizaron la salida tras rechazar la última propuesta de consenso promovida por el parlamentario oficialista Yuli Edelstein. El partido denuncia que el Gobierno incumplió reiteradamente su compromiso de regular la situación de los estudiantes de yeshivá (instituciones de estudios religiosos) y garantizar la continuidad de las exenciones, una cuestión que ha sido un tema central en la política israelí desde la fundación del Estado en 1948.
La decisión no derriba al gobierno de Netanyahu de forma inmediata: UTJ cuenta con 7 de los 120 escaños del parlamento (Knéset), y su salida deja a la coalición con una mayoría muy ajustada de 61. Sin embargo, si el otro partido ultra ortodoxo, Shas, también abandona la coalición, el ejecutivo de Netanyahuperdería la mayoría parlamentaria, lo que podría desestabilizar gravemente al gobierno, especialmente en el contexto de la guerra en Gaza.
Sentencia del Tribunal Supremo de Israel
El origen de la crisis es el reciente fallo del Tribunal Supremo de Israel, que ordenó al Ejército comenzar a reclutar a los jóvenes ultra ortodoxos, anulando la exención especial de la que han gozado durante décadas al dedicarse a estudios religiosos en vez de cumplir el servicio obligatorio. Aunque el Gobierno ha intentado impulsar una nueva legislación para mantener parte de las exenciones, las divisiones internas y la presión social han impedido llegar a un acuerdo, lo que llevó a la ruptura con los socios ultra ortodoxos.
El conflicto enfrenta a partidos religiosos y laicos, y a la sociedad israelí en general, sobre el lugar de los ultraortodoxos en el servicio militar, un tema que ahora mismo sacude la estabilidad política del país, que está sumido en una situación casi insostenible debido a la guerra abierta contra Palestina y las tensiones crecientes en la región.
¿Por qué los ultra ortodoxos piden mantener la exención?
Los judíos ultraortodoxos (jaredíes) exigen mantener las exenciones militares establecidas desde 1948 fundamentalmente por razones históricas, religiosas y socioculturales:
- Fundamento religioso: Los jaredíes consideran que su dedicación exclusiva al estudio de la Torá es esencial para la comunidad y la protección espiritual de Israel. Sostienen que estos estudios aportan tanto o más a la seguridad del país que el servicio militar convencional, bajo la creencia de que "los estudiosos de la Torá son los protectores" del pueblo judío.
- Aislamiento y oposición al Estado secular: Históricamente, muchos ultra ortodoxos se oponen al sionismo y al Estado secular de Israel, argumentando que solo el Mesías puede restaurar el Reino de Israel y que fundar un Estado judío antes de ese momento es una herejía. Prefieren vivir en comunidades apartadas, regidas estrictamente por la Halajá (ley religiosa) y sin incorporarse a estructuras estatales laicas como el ejército.
- Temor a la asimilación y pérdida de identidad religiosa: Los líderes ultra ortodoxos argumentan que servir en el ejército israelí—donde conviven diversos sectores, religiones y géneros—pondría en peligro la pureza religiosa y los valores de los jóvenes jaredíes, facilitando la asimilación y el abandono de las prácticas ultra ortodoxas.
Contexto del acuerdo de 1948: Desde la fundación del Estado, se acordó eximir a los estudiantes religiosos del servicio militar como parte de un compromiso político para garantizar la cooperación de los líderes religiosos con el nuevo gobierno. El acuerdo se justificaba entonces, en parte, porque el número de exentos era bajo; sin embargo, la comunidad ultra ortodoxa ha crecido considerablemente con el tiempo.
Los partidos ultraortodoxos han sido aliados esenciales en las coaliciones de gobierno, asegurando la continuidad de estas exenciones a cambio de su apoyo legislativo y político.