Si ustedes quieren ver la definición de la expresión «poner el autobús» no tienen más que ver cómo juega la selección de Irlanda del Norte. Teóricamente juegan con un sistema clásico 1-3-5-1-1 pero, en realidad, juegan con un 1-8-1-1. Su fuerte está en intentar no encajar goles y, si disponen de alguna ocasión a balón parado, intentar aprovecharla con su poderío físico.Con este planteamiento, Polonia, una selección con mucho poderío en la delantera formada por el jugador del Bayern de Munich Lewandowski y un gran juego de bandas con Blaszczykowski y Piszczek, se estrellaba una y otra vez contra el muro que plantaron los irlandeses en su área con nueve jugadores por detrás de la línea del balón. Cuando iniciaban el juego los polacos desde su defensa, los irlandeses subían esa línea para incomodar la creación de los mediocampistas polacos. Sólo se produjo una ocasión de verdadero peligro en el minuto 39 cuando Kaputska disparó con intención y el portero McGovern sacaba una mano salvadora.En el segundo tiempo parecía que la frustración polaca ante la imposibilidad de penetrar en la defensa irlandesa iba a provocar lo que hemos visto en otras muchas veces en los partidos de Irlanda del Norte: portería a cero a pesar de los asedios. Sin embargo, en el minuto 50 el delantero Milik consiguió anotar con un fuerte disparo desde la frontal del área.Irlanda del Norte no cambió su estrategia e intentó llegar a la portería polaca a través de pelotazos frontales desde el círculo central y de intentar provocar con los rechaces algún que otro córner, pero nada más porque, realmente, no tienen nada más.El peor partido de la Eurocopa. Menos mal que el árbitro pitó el final. Esperaremos a aburrirnos en el siguiente partido de los norirlandeses.
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