La trata de personas es uno de los fenómenos más graves y menos abordados en el espacio público, la Organización Internacional del Trabajo señaló que 4,8 millones de personas son víctimas de explotación sexual, este problema afecta de manera desproporcionada a las mujeres y niñas que representan 99% de las víctimas en la industria sexual comercial[i]. Estas cifras constituyen la consolidación de la forma de esclavitud, más remunerativa del siglo XXI.
Sin embargo, las causas que subyacen a esteproblema son de carácter colectivo e institucional, porque la trata no puedeoperar bajo la batuta individual de un proxeneta, sino bajo la complicidad delmercado y la corrupción de las autoridades, cobijadas por un patriarcado que noestá dispuesto a renunciar al control que ejerce sobre la sexualidad de lasmujeres y niñas.
Pero deberíamos comenzar por preguntarnos, ¿Porqué son mayormente los hombres quienes acuden a solicitar servicios sexuales?,¿por qué son ellos quienes lideran el mercado de la trata y la prostitución?.Podriamos decir que simplemente es porque históricamente son quienes hancontrolado y ejercido el poder sobre el mercado, así como sobre lasinstituciones que nos rigen actualmente, pero me rehuso a que esa sea larepuesta, porque sigue sin darnos una verdadera explicación.
En 1975 la historiadora estadounidense NatalieZemon Davis señaló que deberíamos interesarnos igualmente en la historia de lasmujeres tanto como en la de los hombres, porque no podemos trabajar solamentesobre el sexo oprimido, del mismo modo que un historiador de clases sociales nopuede centrarse por entero en el proletariado o en los campesinos; nuestro propósitoes ir más allá, y comprender el alcance y significado de los roles sexuales ydel simbolismo sexual en las diferentes sociedades y periodos para encontrarqué significado tuvieron, y cómo funcionaron para manterer el orden social opara promover su cambio.[ii]
En estesentido Rosa Cobo en su ensayo sociológico sobre la prostitución[iii],señala la vinculación entre 3 sistemas de dominio: patriarcado, capitalismoliberal y la cultura racial. Así, nos deja ver que a pesar de que laprostitución es una antigua práctica social, la globalización neoliberal hacambiado su rostro, y de una realidad social reducida y con carácterexclusivamente patriarcal, se ha convertido hoy en la gran industria global quemoviliza miles de millones alrededor del mundo, siendo pieza fundamental delsector económico lícito e ilícito. Richard Poulin explica que esta industriarevela las tendencias actuales en la agenda de la globalización neoliberal puesnos permite entender mejor la mercantilización de la vida y de los seres humanos,la discriminación étnica, la opresión sexual y la sumisión de mujeres y niñasal síndrome del placer masculino; en el que los varones demandantes buscan enla prostitución a mujeres racializadas, en un claro mecanismo de colonialismosexual, así, el turismo sexual se dirige a la explotación de mujeres y niñasque viven en países postcoloniales y pobres.
Al hablar deprostitución, naturalizamos su discurso diciendo que “siempre ha existido”,como si esto legitimara de manera irrefutable su permanencia; es momento dereconocer que estamos equivocados, como bien señala Blanca Fernández, laprostitución no es el oficio más antiguo del mundo, sino la actividad queresponde a la demanda más antigua del mundo: la de un hombre que quiere accederal cuerpo de una mujer y lo logra a cambio de un precio.[iv]
No obstante, abundan los prejuicios yestereotipos entorno a la prostitución para que ésta siga siendo aceptadasocialmente, aquí algunos de ellos: “es el oficio más viejo del mundo”; “existeuna urgencia sexual natural de los varones”; “es derecho de las mujeres que asídesean vivir”; “protege a las mujeres de violaciones y agresiones masculinas,porque ellas están decidiendo con quién hacerlo”; “abolirla es una cuestión demoralismo extremo”; “quienes desean erradicarla, están en contra de las mujeresprostituidas”. ¿Qué es lo que pierden de vista todos estos alegatos? El origende la prostitución como resultado de una jerarquía patriarcal que ha sometido alas mujeres desde tiempos ancestrales, convirtiéndolas en esclavas sexuales y económicas, que se presentan ante la sociedad como mercancia despersonalizada siempredisponible.
Retomemos la interrogante inicial ¿por qué loshombres deciden actuar así?, esto nos lleva necesariamente a hablar sobremasculinidades. En el año 2018 se publicó un artículo en el New York Times queinvita a reflexionar sobre la necesidad de repensar la masculinidad, en dichoartículo Michael Ian Black escribe sobre los tiroteosen Estados Unidos, y cómo es que éstos se encuentran conectados por un elementoen común: son los niños, adolescentes y hombres quienes están jalando delgatillo, a esto se suma otro rasgo común en la mayoría de los tiradores: unhistorial de abuso y violencia contra las mujeres. Michael describe cómo es quelos hombres están destrozados por dentro, y eso es lo que los está matando, seestán quedando muy atrás en el aprendizaje de diversas formas de expresar sussentimientos. […]Lo que subyace a los tiroteos ejecutados por hombres, es unmodelo caduco, dañino y sofocante de masculinidad violenta, en la que ya ni siquiera sabemos qué significa ser un hombre de verdad, así, el ideal de controly poder que en su momento les vendió el orden patriarcal como un privilegio, seve rebasado por la pesada cadena de una realidad innegable: muchos hombres yano se ven identificados en esos modelos de masculinidad violenta y necesitanconstruir otros nuevos. Michael termina su artículo con algo que se asemeja ungrito de auxilio: “Yo creo en los niños. Creo en mi hijo. No obstante, a veceslo veo, con sus 16 años, tragándose su frustración, enterrando su preocupación,subiendo con fuertes pisadas las escaleras sin decirnos qué pasa y quieromostrarle cómo es ser vulnerable y estar abierto, pero no puedo. […] Debe haberuna manera de expandir lo que significa ser un hombre sin perder nuestramasculinidad. […] No estoy promoviendo una solución rápida. No la hay, perotenemos que comenzar el diálogo. Los niños están destrozados y quiero ayudar.”[v]
Este relato dela vida cotidiana de un padre, nos lleva a preguntarnos sobre el origen de laviolencia como algo que no es innato, porque nadie nace siendo violento, laviolencia según la psicóloga mexicana Tania Rocha constituye un “comportamientosocial dirigido a los hombres”, ese que les hace creer que deben ser siemprefuertes física y mentalmente para proteger a otros; o que deben ser losprimeros en reaccionar ante situaciones de amenaza o agresión; pero que tambiénles hace creer que tienen cierta jerarquía natural sobre los cuerpos de lasmujeres. Un claro ejemplo de ello es la prostitución vinculada necesariamente ala trata con fines de explotación sexual, en la que algunos países ofrecenmenús que incluyen orinar o defecar sobre una mujer prostituta, violarla con unarma de fuego, o colocarla dentro de paquetes corporativos para recompensar aempresarios por su trabajo al final del año. Ante estas situaciones encontramoscon frecuencia el alegato de “no todos los hombres son iguales” o “también hayhombres buenos”; nadie niega que existan hombres ejemplares y bondadosos, peroeso no los convierte automáticamente en seres humanos especiales, si comohombre nunca has golpeado, asesinado, violado o discriminado a una mujer, estámuy bien, pero no podemos aplaudir y premiar a una persona por comportarse con la decencia mínima que le es exigible acualquier ser humano; y sobre todo, no podemos perder de vista que el negociode la trata y la prostitución como un ejercicio de violencia, existe porquecontinúa habiendo la suficiente cantidad de hombres dispuestos a pagar por loscuerpos de niñas y mujeres alrededor del mundo. A esto se suma la instauraciónde una pedagogía del maltrato y la explotación, donde los niños que no tienenotras referencias cercanas, continúan admirando prototipos de masculinidadesviolentas.
Un claroejemplo ocurre en mi país, donde abundan reportajes, documentales, e informes que ponen su foco deatención en Tlaxcala (en especial Tenancingo) como cuna de la trata de personasen México, donde la economía gira en torno a lucrar con el cuerpo de mujeres yniñas que son vistas como mercancía. En estos materiales es posible advertir lanaturalización con la que se habla de la violencia, y cómo es que en Tlaxcalael negocio de explotación sexual se transmite tradicionalmente de generación engeneración y es visto como un negocio familiar; pero lo más peligroso, es vistocomo una aspiración infantil, de niños que no conocen otra manera de hacerdinero y ser respetados en sus comunidades. La virilidad de los padrotes enTlaxcala, se caracteriza por construir la imagen del hombre fuerte, proveedor,poderoso, adinerado e insensible; un hombre al que no le está permitidoexpresar emociones, ni mucho menos enamorarse de una mujer, porque ahí noexisten mujeres, todas son objetos que se explotan para ganar dinero.
Este concepto de masculinidad, asociado al mitodel amor romántico, en el que las niñas en condición de pobreza, sueñan con serrescatadas por el príncipe azul que las sacará de la miseria y el maltrato enel que viven, provocan un fuerte vínculo entre la pobreza y la necesidad deafecto. En uno de los documentales sobre Tlaxcala es posible escuchar la frase:“no hay nada más fácil que engañar a una mujer, que tiene su autoestima por elsuelo”, al hacerles creer que son amadas, las niñas y mujeres se convierten confrecuencia en víctimas incapaces de reconocer a sus agresores.
Pero sin duda, el negocio de la trata semantiene estable gracias a sus consumidores, hombres que bajo el argumento deque la prostitución siempre ha existido, no se preocupan por saber cómo fue queque esas niñas y mujeres llegaron a la situación en la que se encuentran, noles interesa si están amenazadas, golpeadas, vigiladas, drogadas o explotadas;y de manera primitiva creen calmar sus instintos, cuando en realidad soloalimentan al monstruo interno, que un día será lo suficientemente grande paradestruir lo poco de humanidad que queda en ellos.
¿Qué hay de las redes que trabajan para los proxenetas?gobernantes, policías, vigilantes, cocineras, alcones y consumidores, sonresponsables por lo que hacen, pero también por lo que callan, por suindiferencia y encubrimientos, que los convierten en cómplices. La trata enMéxico como en muchos otros países, se encuentra fuertemente vinculada al poderpolítico corrupto y al crimen organizado, y quienes se han atrevido a alzar lavoz, como la periodista mexicana Lydia Cacho han tenido que pagar el precio másalto: secuestro, violencia, tortura, exilio e impunidad[vi].
Es importante que al reflexionar sobre estetema, seamos conscientes de que los seres humanos somos más que pedazos decarne, y que dentro de nosotros existe algo intangible y extremadamentevalioso, que se llama dignidad. Aunque no creamos en ella, ésta no deja deexistir, las víctimas sobrevivientes de prostitución y trata, son mujeres queya han visto las peores escenas que un ser humano es capaz de soportar, y apesar de ello siguen en pie, y están hablando sobre lo que les pasó. Esostestimonios son los que seguirán dando fruto, conscientizando, previniendo ydenuciando, hasta que las autoridades sean también lo suficientementevalientes, para quitarse la venda de los ojos, y darse cuenta del daño que lehacemos a la sociedad y a nosotros mismos, cuando nos enriquecemos pisoteandola dignidad, o cuando nos callamos cada vez que esto sucede.
La gran tarea pendiente es clara: derrocar elmandato de masculinidad explotadora, y éste solo puede romperse desde adentro, poreso necesitamos más hombres buenos que rechacen abiertamente todas las formasde violencia y explotación contra niñas y mujeres, y que estén dispuestos aalzar la voz en sus circulos más cercanos, porque sin demanda no hayprostitución ni trata.
Quizá entonces, el negocio de la esclavitud deniñas y mujeres dejará de ser rentable, y así, hombres y niños alrededor delmundo podrán comenzar a construir una nueva masculinidad libre de prejuicios yestereotipos, donde puedan sentir y enamorarse de verdad.
[i]https://www.ilo.org/global/topics/forced-labour/lang--es/index.htm
[ii] Natalie Zemon Davis, "Womens History inTransition: The European Case", en Feminist Studies, 3, invierno de1975-1976, p.90
[iii] Cobo, Rosa, “Un ensayosociológico sobre la prostitución”, Política y Sociedad, vol. 53 no.3, 2016
[iv] Fernández Oliver, Blanca,“La prostitución a debate en España”, Documentación Social no. 144, 2007,pp.75-89.
[v]https://www.nytimes.com/es/2018/02/24/espanol/opinion/opinion-masculinidad-parkland-tiroteo.html
[vi]https://diario16.com/lydia-cacho-14-anos-de-dignidad-contra-la-infamia-y-la-impunidad/