El diario británico The Guardian está presentando una investigación que revela la actuación de una red internacional de activistas de la "ciencia racial" que buscarían influir en el debate público con teorías sobre raza y eugenesia, y para ello, habrían recibido financiación secreta de un multimillonario empresario tecnológico estadounidense.
Según la primera pieza publicada ayer, una filmación encubierta habría revelado la existencia de la organización, fundada hace dos años como "Fundación para la Diversidad Humana". En sus afirmaciones defienden teorías peligrosas, pues difunden que existen unas razas superiores a otras.
Las grabaciones de la Hope Not Hate, organización que comenzó con la investigación, revelan que esta organización ha recibido más de un millón de dólares de Andrew Conru, empresario afincado en Seattle, que amasó una fortuna desde páginas web de contactos. Fue consultado por The Guardian, y ante las evidencias mostradas, se desvinculó del proyecto considerando que el grupo se había desviado de su misión original de "investigación académica no partidista".
Los académicos tradicionales consideran estas teorías como "racismo científico", pues busca "demostrar" diferencias biológicas entre las razas, como coeficientes intelectuales supuestamente característicos en unas, o tendencias a cometer delitos.
Acceso a datos sanitarios confidenciales
Los investigadores de este "proyecto", habrían obtenido datos de un conjunto de informaciones sanitarias sensibles relativas a medio millón de voluntarios británicos, según la nueva información publicada por The Guardian.
En las grabaciones realizadas por Hope Not Hate, se muestra cómo los miembros de esta red de "ciencia racial", analizan y hablan sobre datos del Biobanco del Reino Unido, a los que afirman haber tenido acceso. Según la información publicada, las imágenes dejarían evidencia de haber eludido los controles establecidos contra algunos de estos "científicos".
El Biobanco conserva información genética, respuestas a encuestas, muestras de sangre, registros médicos de más de 500.000 personas que voluntariamente los han donado para la investigación científica. Pero son confidenciales.
“Esta noticia impactante sugiere un fracaso atroz de la gobernanza en múltiples niveles”, dijo Katie Bramall-Stainer, quien, como representante de los médicos de cabecera en el sindicato de médicos de la Asociación Médica Británica, quiere controles más estrictos sobre los datos sanitarios. “UK Biobank y el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra deben responder ahora a preguntas sobre cómo, cuándo, dónde, por qué, con quién y con qué propósito se compartieron los datos confidenciales” recoge The Guardian.
Entre los temas de investigación de Kirkegaard, uno de los investigadores del proyecto, se encuentran si los estadounidenses negros ganan menos que los estadounidenses blancos debido a “diferencias de inteligencia promedio”, la comparación del tamaño del pene , el tamaño de los testículos y la “preferencia por los senos y las nalgas” según la raza, y un intento de demostrar que en Dinamarca quienes tienen “nombres musulmanes” tienen coeficientes intelectuales más bajos.