Beatriz Talegón
La muerte es una circunstancia más de la vida. Todos vamos a morir. Todos pasaremos por el recuerdo de los demás. Los amigos, lamentarán nuestra pérdida. Los demás ni se enterarán. Si muchos, se acuerdan de ti para mal, es que has dejado huella, pero como más como una mancha de hierba que no hay quién la quiete, que como Fleming al descubrir la penicilina.Rita, te ha llegado el Caloret. Esta vez eterno.
Jesús Ausín
LEALTADES RECUPERADAS
Estimada Señora, como ya sabría usted de sobra, en su larga vida política, los rituales funerarios suelen tener una finalidad purificadora. El propio acto evidencia la necrofilia que domina nuestra cultura judeocristiana. A esos rituales se sumaron sus enemigos de siempre, los amigos hasta entonces y los morbosos que se solazan con el enigma del fin de la vida.Esos ritos, también se suelen celebrar para demostrar las culpas por las lealtades rotas hace tiempo. ¡Qué le puedo yo contar que usted ya no supiese!! Manifestar dolores inexistentes. Enunciar propósitos nobles que se renuevan sin el riesgo a sus reclamaciones. Mucha escenificación. Poco contenido. Usted lo sufrió. La abandonaron sin misericordia. Aún aquellos que le deben su fortuna. Malos pagadores.Desean capitalizar la interrupción de su vida. Saben que le dará valor a los que interpretan esos gestos de pena. Las almas simples se entumecen con esas expresiones. Su fallecimiento resalta la finitud de la vida, pero también la de las lealtades. Evidencia las traiciones. Cierra en falso las historias verdaderas que se van con los finados. Que cada cual piense lo que quiera. También es un alivio para ciertas personas que pudieron verse afectadas de algún modo. La dejaron tan sola que decidió cerrar su historia. Aún así, los desertores se lamentan por su pérdida. Hasta parecen haber recuperado la lealtad hacia usted.Alberto Vila
"El tiempo nunca olvida, sólo es necesario un instante para que lo malo de lo bueno y lo bueno de lo malo, se den la vuelta".
Francisca García Algarra
Muere Rita Barbera y los ánimos políticos se recrudecen. En momentos como éste y en caliente no se pueden hacer declaraciones explosivas. Ni denunciando cacerías injustificadas ni linchamientos mediáticos y políticos. Tampoco salidas fuera de tono, relacionando el suceso con el sufrimiento de colectivos víctimas de las políticas antisociales del Gobierno. Las posturas han sido variadas intentando culpar de su muerte a quienes legítimamente han criticado las actuaciones de Barberá en vida. No podemos olvidar que quienes expulsan del Partido Popular a Rita, han sido sus propios compañeros dirigentes, por su imputación (investigación) por el Tribunal Supremo, en el caso de la supuesta financiación ilegal de su partido en la Comunidad Valenciana. Que muera una persona siempre es lamentable y en este caso también. Todos nos moriremos. Las personas implicadas en casos de corrupción económica o política me merecen el mayor desprecio en vida y muertos el olvido.
Víctor Arrogante
La muerte de Rita Barberá, una persona que ha estado en el escenario político durante muchos años, es algo que no nos puede dejar indiferentes, porque con ella muere uno de los iconos de la corrupción endémica en la que se encuentra la Comunidad Valenciana. No se puede decir que haya sido un dechado de virtudes.
Lo malo es que su muerte repentina nos ha dejado sin comprobar si al final tiraría de la manta, porque es mucho lo que sabría sobre el PP, especialmente el de la Comunidad Valenciana, que se encuentra sumido en un mar de corrupción.
Ahora bien, ya se empieza a oír el “run run” de la caverna mediática que, tomando el rábano por las hojas, centrarán sus ataques en la actitud de Unidos Podemos en el Parlamento, dejando de lado lo mucho malo que ha hecho Rita Barberá en su devenir político.
Su muerte también tiene dimensión judicial: la recalcitrante lentitud de la justicia, en el límite, puede tener efectos perniciosos en la depuración de responsabilidades penales que se quedarán sin depurar en este caso y posiblemente en otros.
HASTA EL FINAL… RITA
Desde luego, tu final ha sido coherente para con el cómo transcurrió tu vida.Como el psicópata, que incapacitado para desarrollar empatía alguna por sus semejantes, vive pues de espaldas al mundo.Como el déspota, que conocedor quién sabe de qué suerte de verdad tan solo a él revelada, desprecia a propios y a extraños, convencido en este caso de que no ya la sociedad, como sí bien su sociedad es la única de merecer la luz que su presencia derrama.Has sido coherente. Viviste sin duda como te dio la gana y, presa de tal valoración; no ya el hecho inexorable de tu muerte, como sí más bien las valoraciones que con objeto de la misma han sido libradas logras en este caso algo que resulta inaudito; pues si bien las críticas protagonizadas por los llamados a ser tus rivales naturales no han venido sino a reforzar esa coherencia, habrá de ser no obstante del ácido presente en las declaraciones que al respecto de tu muerte han emitido los tuyos, de lo que en definitiva tendrás que preocuparte.Porque para los que crean que este final representa un triunfo. Para todos los que atisban una suerte de Justicia Poética en este adiós que en forma de portazo inesperado deja más incógnitas que respuestas. A todos esos, una sola cosa les pongo de manifiesto. ¡Cuán duro ha de ser el adiós del llamado a presenciar cómo los elegidos, sus amigos, no esperan ni a que el cuerpo esté frío, para comenzar a buscar formas de optimizar en términos de rédito político lo que en el fondo no es sino la desaparición de un ser humano!Luís Jonás