El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., presentó ayer, 9 de septiembre su muy esperado informe de la Comisión “Make America Healthy Again” (MAHA), un documento de 20 páginas que establece 128 recomendaciones para abordar lo que denomina una “crisis existencial” de enfermedades crónicas infantiles. El plan, que marca la segunda fase de esta iniciativa gubernamental, ha generado reacciones mixtas entre expertos en salud pública y ha puesto de manifiesto las diferencias entre los enfoques sanitarios de Estados Unidos y Europa.
El diagnóstico alarmante de Kennedy
Kennedy describió la situación sanitaria estadounidense en términos dramáticos: “Somos ahora el país más enfermo del mundo. Tenemos la mayor carga de enfermedades crónicas de cualquier país del mundo, y, sin embargo, gastamos más en atención médica que cualquier país del mundo”. Según sus datos, el 76,4% de los estadounidenses sufre alguna enfermedad crónica, en comparación con el 11% durante la presidencia de su tío, John F. Kennedy, entre 1961 y 1963.
El informe identifica cuatro factores principales que contribuyen al aumento de enfermedades crónicas en niños: nutrición inadecuada, exposición a químicos, actividad física insuficiente y estrés continuo, junto con lo que la comisión denomina “sobremedicación”. Estas patologías incluyen obesidad infantil, diabetes, autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, cáncer, alergias y enfermedades autoinmunes.
El documento incluye medidas que van desde la revisión de los niveles de fluoruro en el agua potable hasta el replanteamiento de los calendarios de vacunación infantil, ampliando las exenciones parentales. Kennedy ha expresado dudas sobre los antidepresivos y ha solicitado investigaciones sobre la “radiación electromagnética”.
Una de las propuestas más polémicas es la investigación de supuestos vínculos entre las vacunas y el aumento de enfermedades crónicas. El informe critica “el crecimiento del calendario de vacunación infantil”, señalando que Estados Unidos administra 29 inyecciones antes del primer año de vida, incluyendo exposiciones in útero, un número que supera al de muchas naciones europeas. Como ejemplo, Kennedy menciona que Dinamarca tiene casi la mitad de vacunas que Estados Unidos.
Comparaciones con Europa y reacciones críticas
El plan hace referencias explícitas a Europa como modelo a seguir en ciertos aspectos sanitarios. Kennedy ha señalado que Estados Unidos gasta de dos a tres veces más en atención médica que las naciones europeas, pero con peores resultados de salud. Sin embargo, las autoridades sanitarias europeas coinciden con Kennedy solo en cuestiones generales, manteniendo reservas sobre sus posturas específicas.
La Organización Mundial de la Salud para Europa ha documentado que, a pesar de tener algunos de los sistemas de salud más fuertes del mundo, la región europea también enfrenta desafíos significativos en salud infantil. Aproximadamente 76.000 niños en la región europea mueren antes de los cinco años cada año, y las enfermedades crónicas afectan a una de cada seis personas antes de los 70 años.
La Unión Europea ha desarrollado estrategias como la Garantía Infantil Europea, que adopta un enfoque integral para combatir la pobreza infantil abordando la salud y los determinantes más amplios del bienestar de los niños. Esta iniciativa garantiza el acceso gratuito y efectivo a atención médica, educación, alimentación saludable y vivienda adecuada para niños en situación de vulnerabilidad.
La comisión MAHA debe elaborar una estrategia detallada en los próximos 100 días. Kennedy ha indicado que ya se están investigando diversas crisis, incluida la del autismo, prometiendo resultados para este mes de septiembre de 2025.