Sandra Sánchez se alza con el oro olímpico en el templo del karate

05 de Agosto de 2021
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Sandra Sánchez

España entera tenía marcada en su agenda olímpica el 5 de agosto. El día que competía Sandra Sánchez por una medalla. Quizás la más clara, a priori, para la delegación española. La de Talavera de la Reina no falló, y consiguió el undécimo metal para España (que son doce si contamos la que ya ha garantizado el fútbol). La karateka española lleva muchos años estando en todos los pódiums de europeos, mundiales y copa del mundo. Solo le faltaba coronarlo con una medalla en unos juegos. Hay que recordar que el karate es disciplina olímpica por primera vez en Tokio 2020, y que de hecho saldrá de competición en París 2024.

Sánchez pasó a la final de la tarde con una facilidad pasmosa. Derrochando pasión y corazón en cada movimiento. Sus katas te hipnotizan. Transmiten una energía que atrapa. Sandra lideró el grupo A con 27,43 puntos gracias a la kata “Papuren”, pero la japonesa Kiyou Shimizu, a la postre campeona, terminó el Grupo B con 27,70 puntos. Lo cual significaba que ambas se jugarían el oro en un combate final. En el templo del Karate, el Nippon Budokan. En el país que inventó este deporte. El escenario más bonito, pero también el más difícil. La deportista toledana tenía que batir a la ídolo local, en un deporte en el que las puntuaciones se obtienen por valoración de los jueces. Y éstos, siempre suelen barrer para casa. Siete jueces evalúan. Se descartan las dos notas más altas y las dos  más bajas, y se suman las tres restantes.

Sandra luchaba contra un imposible

Shimizu hizo una actuación fantástica pero insuficiente para batir a una mágica Sánchez. Realizo una kata  que le sirvió para una valoración de 27,88 puntos. Sandra Sánchez hizo la kata más espectacular que se vio en hoy en Tokio, para un total de 28,06 puntos. La mejor valoración de todo el día. Nos subimos al escalón más alto del podio por 0,16 puntos. La sensación en el tatami, ya por la mañana, era que Sánchez había sido un pelín superior. Los bronces fueron, por cierto, para la hongkonesa Lau Mo y la italiana Viviana Bottaro.

La karateka española afirmó que “creía que estaría más nerviosa”. Aseguraba estar confiada y que, si ponía todo el corazón en su kata final, sería muy bonito. Y no pudo ser más bello. Sandrá nos ha conquistado a todos. La que, según la Federación Internacional de Karate, es la mejor karateka de la historia en la modalidad de kata, impresionó esta tarde al mundo del deporte con su espíritu volcánico. Un oro para una auténtica campeona.

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