La IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4) se celebra en Sevilla, del 30 de junio al 3 de julio de 2025. Este evento constituye el principal foro global donde líderes de gobiernos, organizaciones internacionales, instituciones financieras, empresas, sociedad civil y el sistema de Naciones Unidas se reúnen al más alto nivel para reforzar la cooperación internacional y abordar los retos de la financiación para el desarrollo sostenible.
El acto de presentación ha sido presidido por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, Li Junhu.
Una conferencia que, en esta ocasión, se produce en un momento crítico, donde la ayuda internacional está en descenso, la deuda de los países en desarrollo ha aumentado y la inversión necesaria para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es insuficiente.
Según la ONU, existe un déficit anual de 4 billones de dólares para cumplir con los ODS antes de 2030, lo que subraya la urgencia de reformar la arquitectura financiera internacional y movilizar nuevos recursos. Por ello, esta cumbre busca identificar y corregir las disfunciones del sistema actual, que no está beneficiando adecuadamente a los países más vulnerables, especialmente en el sur global.
Durante la conferencia se desarrollan foros empresariales y múltiples sesiones paralelas para fomentar alianzas y movilizar acciones concretas
Asistentes
Está confirmada la presencia de 70 jefes de Estado y de Gobierno y representantes de 150 países, aunque destaca la ausencia de Estados Unidos, que no firmará el documento final ("Compromiso de Sevilla") por desacuerdos en temas como deuda, comercio y género.
Entre los asistentes figuran líderes como Emmanuel Macron (Francia), Cyril Ramaphosa (Sudáfrica), Mia Mottley (Barbados), António Guterres (ONU), Ursula von der Leyen (Comisión Europea), Pedro Sánchez (España) y el rey Felipe VI.
Documento de consenso
El "Compromiso de Sevilla" es un acuerdo político de 38 páginas que marca el camino para la financiación del desarrollo sostenible y la reforma de la arquitectura financiera internacional.
Aunque no es vinculante, el documento reconoce la brecha financiera, la urgencia de actuar y la necesidad de reformas estructurales, incluyendo canjes de deuda, cláusulas de pausa por desastres naturales y posibles gravámenes de solidaridad global para financiar el desarrollo.