SOS para evitar el desahucio de una familia de libreros que lo dio todo por los libros

09 de Julio de 2020
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La seña de identidad dela libreríaHydria, durante cerca de 40 años en la culta y limpia ciudad de Salamanca,dejó un poco huérfanos a los amantes de los libros en papel hace tresaños. El cerrojazo de Carletes primero -librería infantil de los hermanos Rodríguez Iglesias, tambiéndueños de Hydria -donde podemos dar fe que se encontraban los libros para niñasy niños más mágicos del mundo - ya apuntaba malos tiempos para la lírica de lalectura a esa sociedad que marcó la vida de miles de lectores de todas lasedades y condiciones.

Hoy, Carlos, un joven de24 años, el hijo de Juan José, al que en la librería todos conocían como Sese,uno de los dos hermanos socios de Hydria, lanza un mensaje a través de laplataforma gofundme.com para lanzar un SOS y evitar el desahucio desu familia. Aún tenían pendiente del pago de 60.000 euros por las inmensasdeudas que generó el negocio tras la crisis de los últimos años. La Justicia yaha puesto plazo al pago de la misma o tendrán que abandonar su vivienda.

Solidaridad

Pocos días después dellanzamiento del mensaje de socorro, miles de salmantinos -con pequeñas aportacionesla mayoría, aunque ha habido donaciones puntuales más importantes- han logradoya superar la cantidad necesaria para pagar la mitad de la deuda.

Como explica Carlos en elvídeo, “Mis padres y yo estamos viviendo un momento crítico y desesperado,debido a que quieren embargarnos nuestra única casa y desahuciarnos”.“Nos quedamos en la calle. Provocada por el cierre de la librería de mi padre,que trató de mantener a flote, pero que no se pudo salvar”.

Añade Carlos también que“lo único que nos queda es la casa donde vivimos, por esto os pido ayuda, cadauno con la donación que esté a su alcance o compartiendo esto para que llegue ala mayor parte de gente posible”.

Amor por la literatura

Los hermanos Rodríguezsupieron luchar, arriesgar, y dar trabajo e invertir en una provinciaconservadora donde hay una cultura más ahorradora que inversora. Retaronla suerte, ganaron algunos años, y perdieron otros muchos. Pero aportaroncultura, ilusión, dignidad y amor a la literatura, los libros y sus autores. Supierontambién marcharse con dignidad tras cuatro décadas de historia y haber conocidoen persona a grandes autores de la literatura española.

El primer año de vida deHydria en 1980 ya marcó el futuro de una forma distinta de dirigirse a losamantes de los libros. Allí se invitaba a café e infusiones para que losclientes y lectores pudieran ver con calma las obras y decidir cuál sería sucompra. En los últimos años, se retomó esa idea y se transformó en una zona deencuentro cultural del  mundo del libro,pero también con  música e incluso obrasde teatro, presentaciones de nuevas obras y firmas de autores muy conocidos.

Trataron de salvarla,pero no fue posible, tras dar trabajo a más de 20 personas y colabora en ladifusión por los libros como jamás podrá hacerlo plataforma alguna de ventaonline.

La historia podría haberacabado mejor, pero ni tan siquiera el cierre de ambas librerías -la infantilprimero y la otra después- fue suficiente para el fin de la pesadilla.

Porque Hydría aportó luz,poesía, fue un referente cultural e hizo que todo el mundo se sintierabienvenido al laberinto infinito de la literatura universal -yespecializado también- merecen sus creadores un donativo -por pequeño que sea-de los amantes de los libros. Desde Diario16 animamos a colaborar enesta causa para evitar el desahucio de una familia que todo lo dio por loslibros. Que no tengan, por ello, hasta que perder su casa.

Forma de donar: https://www.gofundme.com/f/21walx142o/donate

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